El socialista Pedro Álvarez jura su cargo como alcalde de Motril entre vítores y abucheos

En un pleno tenso, entre aplausos y abucheos de las más de 200 personas que lo presenciaron, el socialista Pedro Álvarez juró ayer su cargo como nuevo alcalde de Motril (56.000 habitantes) en sustitución de Carlos Rojas (PP). La moción de censura presentada junto a IU, ADMI y la coalición Grito el 22 de septiembre, se debatió entre continuas llamadas de atención de la presidenta al público, vigilado por 20 policías. Vicente Morales, edil del Grito que dio la victoria a Álvarez, justificó su voto por el enfrentamiento de Rojas con la Junta, de quien, dijo, dependen las principales obras de la ciudad.

Desde primera hora de la mañana, simpatizantes del equipo de Gobierno saliente y del entrante acudieron al salón de plenos. Una veintena de agentes de la policía local pidieron la documentación y registraron a todos los presentes para evitar posibles altercados. Entre ellos estaban varios de los líderes políticos de la provincia, como el secretario provincial del PSOE, Francisco Álvarez de la Chica; el presidente provincial del PP, Juan de Dios Martínez Soriano; y el diputado andaluz de IU, Pedro Vaquero.

El debate de los portavoces pasó de largo sobre los temas de fondo y se centró en acusaciones y reproches mutuos entre los portavoces de ambos bandos. El primero en hablar fue el candidato a alcalde, Pedro Álvarez, que acusó a Rojas de falta de diálogo con las demás fuerzas políticas y del deterioro de las relaciones con el Gobierno central y la Junta, que según él, se ha producido en los 15 meses de gobierno del PP. Tras recordar el encierro de varios concejales del equipo de Rojas en el puerto para exigir su independencia del de Almería, en el que, según Álvarez, "se profirieron insultos contra el presidente de la Autoridad Portuaria", el aspirante justificó su censura "porque Motril necesita un Gobierno con capacidad de diálogo con las Administraciones".

El segundo argumento utilizado por Álvarez versó sobre los problemas económicos del municipio. "Su primer presupuesto lo liquidaron con dos millones de euros de déficit", dijo a Rojas. "Ahora esa deuda es de ocho o diez millones", añadió. El portavoz socialista, Francisco Pérez, completó las palabras de su compañero de filas: "El déficit ha aumentado al ritmo de 18.000 euros diarios y lo peor es que se ha destinado a gasto corriente, no a nuevas inversiones para la ciudad".

Rojas, que se excedió ampliamente de su tiempo de cinco minutos y tuvo que gritar para que se le escuchara, reconoció la legitimidad de la moción, pero reprochó a la oposición que utilizara "este atajo", que, en su opinión, sólo ha servido para aumentar los apoyos del PP entre los vecinos. El regidor enumeró las inversiones puestas en marcha en los últimos quince meses para tratar de desmontar las acusaciones del PSOE y dedicó unas palabras a su ex concejal de Participación Ciudadana, Vicente Morales, cuya coalición (Grito) apoyó ayer a los socialistas. "El tiempo pondrá a cada uno en su sitio", dijo Rojas, que denunció la presión a la que, en su opinión, fue sometido por el PSOE y su formación.

Morales, que acudió al pleno escoltado por las amenazas recibidas desde el 22 de septiembre, tuvo que soportar los insultos de los simpatizantes del PP, que no dejaron de gritarle "Judas" y "vendido". El edil, visiblemente enfadado, exigió al público que le dejara hablar y reiteró que fue el enfrentamiento con la Junta, el que motivó su salida del Gobierno. "Cuántas veces se lo anunciamos al alcalde", dijo Morales, que recordó que los intereses de la ciudad "dependen de la Junta de Andalucía". El segundo concejal de Grito, Francisco Villoslada, ha preferido seguir fiel a Rojas, lo que le ha costado la expulsión de la formación.