_
_
_
_
_

El partido de Lula se consolida en las municipales de Brasil

La oposición socialdemócrata se impone en São Paulo, aunque habrá una segunda vuelta

Los primeros resultados de las elecciones municipales celebradas ayer en Brasil consolidan el crecimiento del Partido de los Trabajadores (PT) del presidente de Luiz Inácio Lula da Silva, que sin embargo queda empañado por un resultado desfavorable en São Paulo. En la primera ciudad del país, con el 61% de los votos escrutados, el candidato del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, obtenía el 44,50% frente al 35,06% de la actual alcaldesa, Marta Suplicy (PT).

Al no alcanzar el 50% los dos candidatos se enfrentarán en la segunda vuelta el próximo 31 de octubre. La victoria parcial de Serra en São Paulo constituye una sorpresa, ya que todas las encuestas, incluidas las difundidas al cierre de los colegios electorales, pronosticaban un empate técnico entre la candidata oficialista y el aspirante opositor. La campaña de la segunda vuelta puede revestir tintes dramáticos en busca de los votos de los otros candidatos, especialmente el 12% de Paulo Maluf, veterano caudillo y ex alcalde del derechista Partido Progresista (PP), que, en contra de la opinión de sus bases, es proclive a apoyar a Marta Suplicy.

En la recta final de la campaña, el PT utilizó a fondo la buena imagen que tienen en estos momentos Lula da Silva y su Gobierno, gracias a la clara mejoría de la economía brasileña, lo que ha contribuido al buen resultado del partido en el conjunto de Brasil, pero no ha sido suficiente para ganar en São Paulo. "Lula es el mejor elector del PT", señaló el presidente del partido gubernamental, José Genoino, cuando todavía no habían cerrado los centros de votación. "Decían que la economía nos iba a derrotar y nos va a dar la victoria", añadió optimista.

La oposición ha criticado con dureza la implicación del Gobierno y del presidente en la campaña, especialmente en São Paulo. Lula fue acusado de violar la ley electoral por intervenir en la inauguración de una obra pública en la capital paulista y pedir el voto para Marta Suplicy. Escarmentado por la ola de protestas desde las filas de la oposición, el presidente mantuvo ayer un discreto papel en São Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de São Paulo, adonde acudió a votar sin hacer la más mínima declaración. No se dejó ver en la sede del partido, por la que desfilaron varios ministros que acudieron a arropar a su candidata.

Una nueva elección

Suplicy aseguró que su partido hará todas las alianzas necesarias para ganar en la segunda vuelta. "Ahora comienza una nueva elección. Nos daban como perdedores en las primera vuelta y aquí estamos, disputando la victoria a José Serra", advirtió. Los dos candidatos llegaron al día de la elección empatados técnicamente, según las dos principales empresas encuestadoras.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Las elecciones municipales confirman la creciente polarización de la política brasileña entre el PT y el PSDB, el partido del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que aspira a ser la alternativa de poder en los comicios presidenciales de 2006. El problema es que este partido tiene de momento demasiados candidatos potenciales para enfrentarse a Lula da Silva, aspirante indiscutible a la reelección. Los gobernadores de São Paulo, Geraldo Alckmin, de Minas Gerais, Aécio Neves, el senador Tasso Jereissati, y hasta el propio Cardoso figuran en la parrilla de salida para competir por la candidatura presidencial del PSDB.

Habrá que ver antes qué sucede el 31 de octubre (fecha de la segunda vuelta de las municipales) en São Paulo, la ciudad que aporta el 15% del PIB brasileño, con una región metropolitana de 18,8 millones de habitantes y un peso específico indudable.

Entre los incidentes más destacados de la jornada destaca que un candidato a la alcaldía de una pequeña ciudad del Estado de Río de Janeiro fue detenido tras votar, acusado como autor intelectual de un asesinato.

Habitantes de la favela Rocinha, en Río de Janeiro, hacen cola para votar.
Habitantes de la favela Rocinha, en Río de Janeiro, hacen cola para votar.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_