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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

Las empresas piden más

La realización de prácticas y la disponibilidad para trasladarse de ciudad son cada vez más valoradas en las entrevistas

Amaya Iríbar

Los títulos universitarios ya no valen nada. O casi nada. La formación hace años que dejó de ser el aspecto determinante a la hora de contratar a un joven licenciado. La última guía de empresas que ofrecen trabajo de la Fundación Universidad-Empresa permite analizar las nuevas exigencias que éstas imponen a sus candidatos. Algunas se piden desde hace años, como el dominio del inglés, y algunas nociones de informática. Otras han ganado puntos en los últimos años, como la realización de prácticas durante los estudios y, sobre todo, la disposición a trasladarse a otra ciudad. Entre las habilidades más demandadas está la responsabilidad y la capacidad para trabajar en equipo.

La movilidad gana puntos. El 56,3% de las firmas tiene en cuenta que se acepte viajar y el 38,5%, que pueda producirse un traslado

Hace 30 años un título universitario era una garantía casi total para lograr un contrato de trabajo fijo en España. El acceso generalizado a la Universidad y el aumento del desempleo han roto esa relación. Aunque aún hay titulaciones que no saben lo que es el paro -algunas ingenierías, por ejemplo-, los recién licenciados tienen cada vez más difícil destacar entre sus compañeros.

Por eso los procesos de selección son cada vez más exhaustivos y los requisitos que exigen las empresas a estos candidatos, más amplios. El título universitario o de Formación Profesional sólo es la llave de entrada.

Según la Guía de las empresas que ofrecen Empleo 2004-2005, elaborada por la Fundación Universidad-Empresa con el apoyo de la Cámara de Comercio de Madrid y del Servicio Regional de Empleo, la gran mayoría de organizaciones exige ya a los jóvenes titulados conocimientos de un idioma extranjero -el 85,1% en el caso de los universitarios y el 69,2% para los estudiantes de FP- e informática -85,1% y 84,6%, respectivamente-.

Más nivel

Ninguno de estos dos requisitos es nuevo, si bien el grado de exigencia es cada vez mayor. "El nivel de inglés que se exige es cada vez más más alto", precisan desde la Fundación Universidad-Empresa, y en el caso de los conocimientos informáticos, en muchos casos se considera conveniente el dominio de programas concretos, como hojas de cálculo, programas de tratamiento de texto, bases de datos y, por supuesto, saber navegar en Internet y dominar algún sistema de correo electrónico.

Sobre estos dos requisitos tradicionales en un currículo cualificado, en los últimos años las empresas han ido añadiendo otros nuevos. La experiencia profesional, a través de programas de prácticas durante los estudios, es uno de ellos. El 78% de las empresas participantes en la guía valoran que los futuros empleados hayan pasado parte de su vida estudiantil en una empresa.

"Es muy importante que el universitario tenga experiencia", subraya Juan Luis Díez, de recursos humanos de la auditora Deloitte, que en septiembre ha incorporado unos 300 jóvenes titulados a su plantilla. En este punto las empresas que buscan universitarios difieren de las que desean incorporar a titulados de FP. Las primeras prefieren en mayor medida (70,1%) que ese primer contacto con el mundo laboral haya tenido lugar en otras compañías del sector, mientras que las segundas valoran sobre todo que lo hayan hecho en la propia empresa (73,1%), que conozcan ya cómo se trabaja en ella.

La movilidad también empieza a ganar puntos. Las empresas piden sobre todo que el joven profesional esté dispuesto a viajar con cierta frecuencia (56,3% de la muestra) y ya hay un grupo considerable que valora que los candidatos estén dispuestos a residir fuera de su ciudad de origen (38,5%). España es uno de los países europeos donde los trabajadores se resisten más a cambiar de lugar de residencia por motivos laborales, si bien esta situación está cambiando en los últimos años.

Estos nuevos requisitos no resultan, sin embargo, determinantes en los procesos de selección. Sólo dan más puntos en algunos casos. En Deloitte, por ejemplo, se fomenta la movilidad -la firma tiene 20 oficinas repartidas por toda España y está presente en 144 países-, pero como "algo que demanda el profesional más que como una imposición de la empresa", subraya Díez.

De dos semanas a dos meses

Cada proceso de selección es un mundo. Su duración depende del tamaño de la compañía, de las características del puesto, de las pruebas previstas y, por supuesto, del número de candidatos. El estudio de la Fundación Universidad-Empresa calcula que estos procesos se alargan entre dos semanas y dos meses. Lo más normal (49,21% de las empresas) es que los aspirantes conozcan el resultado en un mes, mientras que un 20,63% lo hacen en un periodo más corto (entre dos semanas y un mes) o más largo (dos meses). Sólo el 6,35% de los procesos dura más de dos meses.

En cuanto al método más extendido en las compañías para filtrar candidatos, la investigación constata que la entrevista sigue siendo el favorito. Y cada vez más. La utilizan todas las organizaciones para cubrir vacantes dirigidas a titulados de formación profesional y el 98,82% de las que buscan cubrir plazas con universitarios. Las pruebas psicotécnicas (61,54% y 60%, respectivamente) y las de conocimientos técnicos (57,69% y 38,82%) también están muy extendidas. Las entrevistas virtuales, a través de Internet o por otros medios telemáticos, no acaban de despegar y sólo lo utilizan el 2,35% de las compañías.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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