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Reportaje:

Una belleza muy rentable

Corporación Dermoestética apuesta por los mercados italiano, portugués y británico

Un cuarto de siglo después de su dar sus primeros pasos, Corporación Dermoestética ha centrado su esfuerzo de crecimiento en el mercado europeo. Sin desatender su mapa peninsular, más dibujado, la firma médico-estética apuesta fuerte en este momento por el mercado italiano, da pasos cortos en Portugal y llama a las puertas de Londres.

Corporación Dermoestética da trabajo a alrededor de 1.000 personas y prevé cerrar el ejercicio con una facturación de 80 millones de euros
La compañía cuenta con 50 centros en España, dos en Portugal y 22 en Italia, aunque prevé aumentar estas cifras antes de finales de año

El negocio de Corporación Dermoestética ha crecido de la mano de los avances estéticos. La década de los ochenta supuso el despegue. El láser fue el gran legado de los noventa. Todo ello, en una sociedad con un poder adquisitivo creciente y en la que la imagen ha evolucionado como un valor en alza, lo que ha ayudado a cuajar un negocio de centros propios que suma en la actualidad 50 en España, 41 de ellos operativos y el resto en construcción, dos en Portugal, que serán cinco al cierre de este año, y 22 en Italia, donde se alcanzarán 53 con los que se están construyendo. Un mapa diferente al de hace 25 años.

En 1979, José María Suescun, que había sido director comercial en España de una compañía alemana de centros capilares, lidera la compra de una clínica capilar en quiebra en el centro de Valencia. En ese centro, igual que en los que a los pocos meses empezaron a abrir en Madrid, Barcelona, Bilbao y Zaragoza, introdujeron la modalidad de ofrecer también los tratamientos estéticos existentes en aquel momento. El negocio funcionaba en ciudades grandes. "Cuanta más densidad de población, más posibilidades de éxito", explica Suescun, que, de hecho, asegura que en ciudades de menos de 100.000 habitantes no ve negocio.

Los inicios capilares del negocio, en cualquier caso, le dieron en un primer momento el nombre de Cabells, Sociedad Anónima. La compañía se constituyó con 7.212 euros, la mitad de los cuales se pagó a plazos, y arrancó con cinco personas en la plantilla. La facturación mensual en aquella época rondaba los 2.103 euros. En la actualidad, la compañía da trabajo a alrededor de 1.000 personas, entre personal fijo y con arrendamiento de servicios, y prevé cerrar el año con una facturación de 80 millones de euros.

Cabells se transforma en Barchester Scientific y, tras esta cadena, se crean otras dos (Centro Español de Dermatología Capilar y Clínica Suver), con una oferta similar, pero ubicadas en ciudades diferentes. A principios de los años noventa, en cualquier caso, optan por un cambio de estrategia para aunar esfuerzos en promoción. Las tres cadenas se unen en una UTE (Unión Temporal de Empresas) para acabar fusionándose. Nace Corporación Dermoestética.

El mercado británico

El siguiente punto de inflexión se produce en 2001, cuando la compañía da su primer paso fuera de España con la inauguración de dos centros en Portugal, país donde prepara tres nuevas aperturas. En esa época ya estudiaba la entrada en el mercado británico. "Perdimos mucho tiempo con una cadena de 14 centros dedicada a temas de cirugía estética", recuerda Suescun. La compañía tenía una opción de compra sobre esa cadena británica, pero el único propietario de la misma se echó atrás en el último momento y optaron por no forzar la operación y abandonar ese proyecto. Corporación Dermoestética, sin embargo, considera que éste es un mercado interesantísimo, muy poblado, puesto que sólo en Londres viven 11 millones de habitantes, y con una renta per cápita alta. Por eso, ha insistido en sus planes y prepara la apertura, este año, de dos clínicas en la capital británica.

En general, y aunque el presidente de la compañía reconoce que están abiertos "a todo" y se muestra convencido de que su proyecto "funcionaría en cualquier parte" de Europa, también es consciente de que "se consume más estética en los países cálidos". Incluso en España, añade, "en el sur se consume más estética que en el norte". El plan de crecimiento actual de Corporación Dermoestética parece tener en cuenta también esta cuestión. La gran apuesta en el extranjero de la firma médico-estética es en estos momentos Italia, un país mediterráneo y que supera los 57 millones de habitantes. Para el desembarco, la compañía ha recurrido, por un lado, a la remodelación de 15 centros adquiridos a dos cadenas italianas, mientras que el resto son locales nuevos ajenos al sector.

El estirón requiere un esfuerzo inversor y, por ello, en el año 2002, Corporación Dermoestética abrió la puerta a nuevos accionistas. Entraron así GED Iberian Equity, fondo de capital riesgo, Valenciana de Negocios y el Banco de Valencia. La última incorporación ha sido la de Global Finance, un fondo de capital riesgo formado por armadores y banca griega, que está buscando "alguna opción" que facilite la entrada de Corporación Dermoestética en ese país.

Mapa accionarial

"La expansión que preveemos es muy grande", explica Suescun, "y no queremos empacharnos". "Si en Grecia aparece alguna cosa interesante, estamos abiertos. Del resto, no queremos saber nada", esgrime para añadir renglón seguido que "de momento" prefiere no mirar otros proyectos que llegan a su mesa. La previsión es mantener el mapa accionarial actual, en el que los socios fundadores mantienen el 75% de la compañía, y consolidar la expansión internacional antes de plantearse una eventual salida a Bolsa.

El crecimiento también hace que Corporación Dermoestética se plantee la ampliación del laboratorio de productos cosméticos que tiene desde 1992 en Quart de Poblet (Valencia), y que cuya producción va dirigida en exclusiva a sus centros. La firma estudia la compra de un terreno anexo y espera acometer la ampliación el año próximo.

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