Haydn y Mendelssohn, frente a frente
La Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, junto al Coro de Cámara del Palau de la Música barcelonés, han abierto el nuevo ciclo de conciertos con un programa verdaderamente interesante: la Sinfonía militar (esto es, la número 100 en Sol mayor), de Haydn, y la Sinfonía número 2, en Si bemol, Lobgesang (o sea, Canto de alabanza), de Mendelssohn. Vino al mundo el hamburgués de vida breve (1809-1847) dos meses después de la muerte del austriaco (1732-1809), y ambos coinciden en los triunfos obtenidos en Inglaterra, como señala el comentarista Blas Matamoro. Sin embargo, tanto Haydn como Mendelssohn no recibieron en Londres gran influencia de la música británica y permanecen en la historia viva como ejemplo distinto del más puro y vario germanismo.
Concierto de la Comunidad de Madrid
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana. Director: S. Mas. Solistas: María José Martínez de Velasco, Celia Alcedo y Emilio Sánchez. Sinfonías de Haydn y Mendelssohn. Auditorio Nacional, Madrid, 28 de septiembre.
Desde el primer momento, la Sinfonía en Sol (1794) conoció el éxito que merecen su perfección, originalidad, vivacidad y transparencia que campea en sus distintos movimientos. El caso de la Sinfonía Lobgesang, de Mendelssohn, es muy diferente, pues el autor ensaya una suerte de compromiso entre la forma instrumental y la cantata desde una ambición que viene a continuar la culminación beethoveniana de la Novena sinfonía, tanto por su extensión como por sus implicaciones poéticas, que en el caso de Mendelssohn le conducirá a los conocidos oratorios filobachianos Elías o Paulus. En resumen, el compositor se adentra, desde su tiempo, en el humanismo y la dramaturgia del gran vuelo (Bach, Haendel) en un expresivismo más pictórico que escultural.
Emociones
Ha de anotarse la gran calidad de una versión concebida con propiedad y elevación por Salvador Mas, el director barcelonés hoy principal invitado de la orquesta de nuestra Comunidad, formado inicialmente en Montserrat, para seguir luego estudios con Ros Marbà en Barcelona antes de trabajar en Viena, Salzburgo y Siena con Svarowsky, Suitner, Franco Ferrara o Maderna.
Mas hizo música grande, marginando cualquier concesión pero sabiendo comunicar todas las emociones latentes en los pentagramas y los coros madrileño y catalán y la orquesta comunitaria actuaron magníficamente hasta el punto de poder afirmar que la hermosura y un tanto marginada Sinfonía Lobgesang me llegó a conmover como pocas veces y en los resultados cuenta la labor de los solistas, María José Martínez de Velasco y Celia Alcedo, sopranos, y el tenor Emilio Sánchez. Y, por supuesto, el trabajo del bien conocido y aplaudido Jordi Casas. En suma, un magnífico augurio para una serie que se promete cargada de interés. El éxito fue especialmente positivo y evidentemente entusiasta.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.