El Gobierno catalán insta a Solbes a revisar de inmediato el sistema de financiación autonómica

La nueva financiación autonómica no puede esperar más. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, trazó ayer en el Parlament el cuaderno de ruta del próximo sistema de financiación, con dos premisas básicas: incrementar los ingresos y mejorar la capacidad de decisión, con la creación de una agencia tributaria. El Ejecutivo catalán ha pedido ya formalmente al vicepresidente económico, Pedro Solbes, la apertura de negociaciones, con el objetivo de que el nuevo modelo entre en vigor esta legislatura. Maragall culpó a la anterior Administración, de CiU, de la crítica situación heredada.

Maragall aprovechó la solemnidad del debate de política general, que ayer se abrió en el Parlament, para anunciar las exigencias del Gobierno tripartito en materia económica. Y de paso, para intentar acallar las voces -tanto entre sus socios como en las filas de la oposición- que critican los escasos réditos que generarán los presupuestos del Estado de 2005 para Cataluña, especialmente para enjugar el abultado déficit sanitario. El incremento del 2% en las tasas y los impuestos especiales que gravan el consumo de tabaco y alcohol en los presupuestos del Estado -que Maragall alabó durante su discurso- reportarán a Cataluña sólo 12 millones de euros adicionales, frente a un déficit sanitario que oscila entre 600 y 1.000 millones anuales.

Maragall detalló la posición negociadora que adoptará Cataluña en las conversaciones con el Gobierno central y el resto de las comunidades autónomas si Solbes se aviene a las demandas. El presidente catalán recordó que la Generalitat persigue establecer un mecanismo basado en pagar por renta y recibir por población. Además, reclamó que la contribución de Cataluña a las arcas del Estado tenga en cuenta el exceso de precios públicos por servicios y peajes en comparación con la media española. El objetivo final se basa en que los ingresos de la Generalitat por habitante "tiendan a equipararse progresivamente a los que se obtendrían con el sistema de concierto", una reclamación que ya figura en el Pacto del Tinell, entre el PSC, ERC e ICV.

Críticas a CiU

"Es necesario reducir progresivamente el déficit fiscal de Cataluña con el Estado, de tal manera que en el plazo de 10 años se equipare al de los territorios con un nivel de renta similar en otros países europeos", dijo.

Para ello, el Ejecutivo catalán publicará anualmente un informe sobre los flujos económicos entre el Estado y la comunidad, anunció Maragall. El informe distinguirá entre la aportación a la prestación de servicios por parte del Estado y la aportación a los mecanismos de solidaridad con el resto de las regiones. Estos últimos criterios deberán revisarse cada cinco años, según la propuesta.

"Hay temas que no pueden esperar", enfatizó Maragall en referencia a la abultada deuda que soporta la sanidad catalana, unos 2.200 millones de euros. De esta manera, el presidente apostó por abrir dos negociaciones paralelas: la primera, que abordará las líneas fundamentales del nuevo modelo de financiación, y la segunda, para resolver el déficit sanitario. Ambas negociaciones se llevarían a cabo entre el Estado y el resto de las autonomías, y no bilateralmente como exige algún grupo. A pesar de lo puntilloso de su discurso en lo relativo a este debate, Maragall no se pronunció sobre si el Estatuto debe incluir o no la nueva fórmula de financiación.

El presidente de la Generalitat acusó a CiU de ingenuidad en la negociación del anterior sistema, que, según sus cálculos, ha reportado sólo el 10% de la cifra que prometió en su día el ex consejero de Economía Francesc Homs.