Paros en Holanda contra los recortes de gasto social en los Presupuestos

Amsterdam se paralizó ayer por la huelga de transportes públicos organizada por la Confederación de Centrales Sindicales holandesa contra los recortes sociales contemplados en los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de centro-derecha. Aunque pudo accederse a la ciudad en tren, no hubo metro, autobuses ni tranvías. Tampoco funcionó el servicio de puentes que permiten el tráfico acuático de mercancías en la capital. Por las calles circularon más bicicletas que nunca y los peatones anduvieron algo aturdidos.

El paro se observó, asimismo, en los centros de distribución de grandes empresas alimentarias, como los supermercados Albert Heijn. El pasado lunes y martes ya hubo manifestaciones en Rotterdam y La Haya. Los sindicatos han convocado actos similares para el resto de la semana en otras ciudades y el próximo sábado esperan reunir a miles de personas de toda Holanda de nuevo en Amsterdam.

Formado en mayo pasado, el Gobierno holandés planea ahorrar 2.400 millones de euros para mantener el déficit presupuestario por debajo del límite del 3% del producto interior bruto impuesto por la Unión Europea. Dicho recorte afectará tanto a las pensiones de jubilación como a los subsidios de desempleo e invalidez. A ello hay que sumar los 13.000 millones de euros suprimidos a lo largo del pasado año de la cuenta de inversiones estatales en un primer intento de ahorro estatal.

La oposición socialista considera excesivo el ajuste. Y los sindicatos, que han roto ya el acuerdo conjunto firmado con el Gobierno en 2003 para moderar los salarios, han calificado el plan de "cruel porque parece asumir que el ciudadano es un vago dispuesto sólo a recibir subsidios", en palabras de Lodewijk de Waal, presidente de la Confederación sindical. Los presupuestos incluyen ventajas fiscales para las empresas, que abonarán un 31,5% de impuestos en lugar del 34,5% actual.