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El INE elevará un 5% el volumen del PIB en 2005 para reflejar el aumento de la población

Eurostat insta a actualizar los datos al considerar que no recogen el efecto de la inmigración

Lucía Abellán

El vertiginoso aumento de la población que se ha producido en los últimos años no se ha trasladado a las cifras oficiales del producto interior bruto (PIB). Consciente de esta carencia, el Instituto Nacional de Estadística (INE) analiza el impacto de esa nueva población, principalmente inmigrante, en la producción del país. La revisión se producirá en mayo de 2005, y el volumen de PIB será al menos un 5% más alto, hasta los 782.000 millones de euros. Eurostat, la oficina estadística comunitaria, instó al INE a corregir las cifras al comprobar que no recogen el aumento de la población.

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El PIB, conjunto de bienes y servicios que se producen al año en todo el país, será, como mínimo, un 5% más alto en mayo próximo simplemente por una revisión de cifras. Ese 5% es aproximadamente lo que ha aumentado la población entre 2000 y 2003, periodo fuertemente marcado por la inmigración. "El PIB crecerá, como mínimo, como la población", explica Alfredo Cristóbal, subdirector de cuentas nacionales del INE. El razonamiento es claro: la renta per cápita no ha descendido en los últimos años. Por tanto, una mayor población con el mismo nivel de renta por persona arroja una mayor renta nacional.

El último dato conocido, el de 2003, atribuye a España un PIB de 744.754 millones de euros. Elevar un 5% esta cantidad supone situar la producción anual del país en casi 782.000 millones. "Seremos más ricos", ironiza Alfredo Cristóbal. El dato preciso se conocerá en mayo y sólo afectará al volumen total del PIB, no a las tasas de crecimiento respecto a años anteriores. Para que el dato resulte homogéneo con el de otros ejercicios, se revisará hacia atrás toda la serie del PIB hasta 1980.

Este experto matiza que el crecimiento final dependerá de cómo sea la productividad de esa nueva población con actividad económica. Si supera la media de productividad, el PIB será aun más alto; si se sitúa por debajo, la estimación debería corregirse algo a la baja. La mayor parte de los inmigrantes realizan su labor en la agricultura, la construcción, el comercio al por menor, la hostelería, la limpieza y el empleo doméstico. En general, no son ocupaciones con una productividad muy alta, aunque el resultado final está por determinar.

España cuenta con 42,7 millones de habitantes, según el último padrón municipal del año 2003. De ellos, 2,6 millones son inmigrantes, lo que equivale al 6,24% del total. La importancia de este colectivo en el rendimiento económico no se ha medido hasta ahora de forma precisa, en gran parte porque se calcula que la mitad de ellos vive sin papeles.Por otra parte, no todos los empadronados forman parte de la población activa (la que está en edad y disposición de trabajar). Y dentro de ella, hay que separar a la ocupada (la que realmente trabaja), que es la que aporta crecimiento económico.

A esta labor se suma ahora un reto añadido. El anuncio que ha realizado recientemente el Gobierno de dar papeles a todos aquellos inmigrantes que residan en España y puedan demostrar una relación laboral fehaciente trastocará las cifras con las que ahora trabaja el INE. "Si la regularización anunciada se hace en los próximos meses estaremos a tiempo de incorporar los cambios; si no, se haría [más tarde] una nueva proyección de población", explica Cristóbal.

La certeza de que los datos actuales del PIB enmascaran un volumen de producción significativo no sólo concierne al INE. La propia Eurostat ha instado a España a ofrecer una cifra de PIB más ajustada a sus estimaciones de población. Dentro de las auditorías periódicas que este organismo realiza a las cuentas de cada país se ha encontrado "una reserva", según Alfredo Cristóbal, que obliga a España a corregir sus datos de PIB. "Hay que conseguir que Eurostat la elimine", añade Cristóbal. Y es que un aumento del PIB se traduce en la cantidad que España destina al presupuesto comunitario, pues las aportaciones se miden en función de ese dato (hoy el techo máximo se fija en el 1,24% del PIB, aunque en la práctica apenas supera el 1%). Aumentarlo implica pagar algo más a Europa; por ese motivo Eurostat se muestra vigilante.

Lo más problemático en el cálculo de la aportación económica de los inmigrantes es saber desde cuándo residen en España. El padrón permite conocer en qué momento se registraron, pero esa fecha no necesariamente coincide con la de llegada ni con la de comienzo de su actividad económica. Así pues, en esta labor el INE trabaja con muchas estimaciones.

El aumento de la población no sólo revoluciona las cifras del PIB. También se verán afectadas las del empleo. Los datos de 2003 de la Encuesta de Población Activa (EPA) ocultaban 630.000 empleos más de los que aparecen oficialmente en las listas. También 116.700 parados adicionales. De haber incluido estos incrementos, las cifras finales situarían en 17,32 millones el número de ocupados en España, mientras que los parados ascenderían a 2,24 millones. Los datos fueron anunciados hace varios meses. No obstante, el INE decidió esperar hasta 2005 para recoger las correcciones de población, aprovechando que entra en vigor una nueva EPA. Así, los dos principales indicadores económicos en España, el PIB y el empleo, incorporarán este año los efectos de la inmigración.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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