El Barça golpea primero
Los azulgrana ganan al Madrid en la prórroga
No hay torneos menores (léase Supercopa), ni amistosos que valgan cuando quienes se enfrentan son el Madrid y el Barça. Si lo de ayer es un anticipo de lo que se avecina, habrá que deducir que corren buenos tiempos para el baloncesto español. Barça y Madrid, sin hacer un juego para enmarcar, disputaron un choque intenso, repleto de igualdad, de emoción, de retos, de cruce de miradas, frenético a ratos, que se resolvió en el último instante de la prórroga y murió en el lanzamiento fallido de Sonko.
Podrá cambiar el Madrid, de arriba a abajo, en su banquillo, en la composición de su plantilla, viva la revolución. Pero lo que no cambia es el sufrimiento que padece ante el Barça, un suplicio que en los últimos tiempos deviene en derrota con singular reiteración. El cuadro madridista se encuentra ante Dueñas y se minimiza de mala manera. Ayer, sobrevivió porque Maljkovic, el nuevo inquilino del banquillo madridista, en-contró el antídoto contra el gigante azulgrana: Antonio Bueno levantó a su equipo de la lona cuando estaba medio moribundo. Pero su ausencia del partido en la prórroga, como el hecho de que durante muchos monentos Bennett marcara, es un decir, a Bodiroga, llevaron al Madrid a perder el título
REAL MADRID 75 - BARCELONA 76
Real Madrid: Bennett (3), Sonko (6), Bullock (18), Fotsis (7), Burke (9); Gelabale (9), Herreros (8), Bueno (13) y Antelo (2).
Barcelona: Ilievski (4), Navarro (14), Bodiroga (21), Fucka (16), Dueñas (10); De la Fuente (0), Trías (2), Marc Gasol (7) y Drejer (2).
Parciales: 19-16, 19-18, 10-17, 18-15 y 9-10.
Unos 6.000 espectadores en el M. Carpena.
Pero más allá de la resolución final, de lo que se trataba ayer era de conocer las sensaciones que transmiten un equipo renovado de la cabeza a los pies y otro que mantiene las constantes, y los actores principales, de los últimos tiempos, con la excepción de su técnico, Joan Montes. El nuevo Madrid, sin Felipe Reyes, contra el clásico Barça. Ganó el Barça.
Y lo hizo porque sus múltiples alternativas son de suficiente solvencia. En un día sonrojante en el tiro lejano, un apagado Navarro se despertó a tiempo para encestar cuatro triples, los únicos de su equipo en 14 intentos. Tampoco el Madrid estuvo precisamente solvente en ese apartado (8 de 30), pero el conjunto blanco corrió más que su rival y atenuó así el problemón que le supuso encarar a Dueñas.
No se escapó el Madrid cuando pudo (30-22 fue su máxima ventaja), ni lo hizo el Barça en aquel 41-48 que Bennett redujo con su única canasta del partido, un triple. Entre tanta igualdad se llegó a la prórroga y el intercambio de golpes, con Navarro iluminado, dejó el título en manos de un Barça que empieza la temporada como acabó la anterior: levantando un trofeo.
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