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Columna
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Exceso de confianza

Aunque pueda parecer una contradicción, los problemas les llegaron a Moyà y Ferrero por un exceso de confianza. No teníamos ninguna duda sobre la elección de ellos para los partidos individuales. Moyà sacó muy bien en los entrenamientos, demostrando unas excelentes condiciones para poder jugar. Pero no le habíamos puesto en la barrera de los cinco sets. Para nadie del equipo fue una sorpresa la actuación de Mathieu. Yo mismo le había estado evaluando la semana pasada en Bucarest, cuando ganó a Costa jugando con voluntad y a un buen nivel, y después eliminó también a Corretja camino de los cuartos de final. Le conocíamos muy bien y sabíamos lo que podía hacer.

Desde el principio vimos que Moyà no se sentía cómodo en la pista. Tuvo que recurrir incluso a su revés cortado porque tenía problemas con el liftado. Pero la gran lección que ofreció fue que es capaz de jugar a un gran nivel y de resolver sus problemas incluso sin contar con todo su potencial. Remontó el partido y se situó en disposición de ganarlo. Pero Mathieu seguía ahí, agazapado, aguantando el vendaval y esperando su momento. Y entonces Moyà se sintió tan seguro con su drive que aceleró el ritmo y pareció tener prisa para concluir los puntos. Jugó más rápido de lo necesario y eso benefició a Mathieu, que entró en su ritmo de juego. Moyà no logró llevar hasta el final el esquema de juego que le había levantado. Tuvo que hacer un esfuerzo suplementario y al final el físico le pasó factura.

Ferrero jugó con las ideas muy claras, con orden en las jugadas y con un dominio que le permitió incluso acabar muchos puntos con el smash. Cansó a Santoro y comprobó que las cosas le iban tan bien que quiso dar un paso más y aceleró. Se salió de su orden: bola muy pesada y repartiendo bien con mucha velocidad. El cambio le hizo subir la velocidad de la bola a costa de perder altura. Y eso le llevó a un terreno en el que Santoro se siente cómodo. Por otra parte, la pista estaba ya más húmeda y la bola más pesada. Se enredó cuando perdió dos bolas de 4-1 en la cuarta manga y el paisaje se le nubló. Con Santoro eso es peligroso porque saca petróleo del menor descuido. Con 3-3, el parón le fue bien a Ferrero. Porque, recuperando sus esquemas, no debe de tener problemas para concluir hoy su victoria.

Josep Perlas es miembro del G-3.

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