Francia reconoce a dos lesbianas la autoridad compartida sobre tres niñas
Carla, de 46 años, y Marie-Laure, de 45, que viven en pareja desde hace 22 años, son las primeras personas que obtienen en Francia el derecho de ejercer la "autoridad conjunta" sobre las hijas de una de ellas, Marie-Laure, nacidas por inseminación artificial de la madre biológica. Tal derecho les ha sido reconocido por un tribunal de París, en una sentencia que ya es firme porque no ha sido recurrida. Se trata de un paso hacia el reconocimiento de las familias homoparentales, pero todavía no sienta jurisprudencia.
El principal motivo alegado por el tribunal es que la demanda de las dos mujeres "es conforme con el interés de los hijos". Los expertos no creen que les confiera el derecho a la patria potestad en el sentido pleno de este concepto jurídico, sino que da por válida una situación de hecho: la existencia de una familia donde las tres niñas, de 5, 7 y 10 años, viven bajo la responsabilidad de su madre biológica, Marie-Laure, pero también de Carla, su pareja estable. Ésta última obtuvo un derecho a "la adopción" de las niñas, antes de la batalla jurídica por el reconocimiento de la autoridad conjunta con la madre biológica.
En Francia está prohibido el matrimonio de homosexuales y el propio presidente, Jacques Chirac, confirmó recientemente que esto no va a cambiar. Pero la juez ha interpretado que las parejas de homosexuales no quedan excluidas de la posibilidad de obtener una "autoridad parental por delegación". Los expertos discuten ahora cuál es el alcance práctico de la sentencia: como mínimo, las dos mujeres podrán compartir las prerrogativas de la educación de las tres niñas.
Referencia para los jueces
El ministro de Justicia, Dominique Perben, aconsejó ayer esperar a que el Tribunal de Casación (la más alta jurisdicción francesa) resuelva sobre otros casos pendientes, antes de proclamar que la sentencia abre un camino jurídicamente irreversible. Pese a ello, el portavoz de la Asociación de Gays y Lesbianas, Franck Tanguy, opinó que la sentencia constituye "una referencia para los jueces".
El debate no ha hecho más que empezar. Se discute del estatuto de los niños que viven en el seno de familias homosexuales, en general en una situación de semicladestinidad. También hay interrogantes sobre el acceso de las parejas homosexuales a tener niños: en el caso de Marie-Laure la cuestión se resolvió recurriendo a la inseminación artificial en una clínica de Bruselas (Bélgica), porque en Francia está prohibida tal práctica a las familias homosexuales.
Desde las páginas de Le Monde, el ginecólogo Israël Nisand defiende el reconocimiento de la procreación asistida "en ciertos casos", más fácil cuando la demanda procede de parejas de mujeres que de hombres. "La distinción es necesaria", explica, "pues la homosexualidad masculina plantea el problema complejo de la maternidad de sustitución".
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