Sudupe condiciona un pacto con Elorza a que acepte el ámbito vasco de decisión

Román Sudupe, portavoz de PNV-EA en el Ayuntamiento de San Sebastián, ha tardado casi tres meses en responder formalmente a la propuesta que le hizo el alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, el 25 de junio para llegar a un acuerdo de coalición "con todas las consecuencias". Ayer, apenas media hora antes de anunciarlo a la prensa, Sudupe entregó al primer edil un documento en que le contesta que está dispuesto a "hacer un esfuerzo para tratar de alcanzar un acuerdo de gobierno de fondo", si éste es "serio" y establece una distribución precisa de responsabilidades, las prioridades en la gestión municipal y "compromisos claros" "para el fortalecimiento de la convivencia" en la sociedad vasca. Esto último lo traduce en "el respeto a las decisiones de la ciudadanía vasca", el enunciado que vertebra el plan Ibarretxe.

Sudupe no precisó si esta última exigencia, que rebaja la condición impuesta en julio por el presidente de la ejecutiva guipuzcoana del PNV, Joseba Egibar -que los socialistas rompan el Pacto Antiterrorista firmado con el PP-, es de obligado cumplimiento para poder cogobernar con Elorza, "

aunque tenga que hacer de tripas corazón". Se refirió, en este sentido, a la difícil relación personal con el alcalde, a quien reprochó "incumplir sistemáticamente acuerdos plenarios que no son de su agrado". Citó expresamente la argucia legal utilizada para aprobar los presupuestos de 2004 sin el apoyo de los demás partidos. El PSE gobierna, tras su victoria en junio de 2003, con 10 de los 27 ediles que tiene la corporación. La coalición nacionalista suma nueve concejales, el PP siete e IU tiene una única edil.

Elorza ya cursó en agosto de 2003 otra invitación a los nacionalistas para gobernar juntos. Les llegó a ofrecer ocho delegaciones de área, pero sin darles voto en la Junta de Gobierno. Sudupe la rechazó frontalmente por considerarla una trampa y ahora, una de las primeras condiciones que establece -con el visto bueno de las ejecutivas de los dos partidos de la coalición- es que sus concejales tengan voz y voto en el órgano de gobierno municipal.

No es su única condición. La primera de las bases que establece el documento, más allá de consensos en materia de vivienda, regeneración de barrios o impulso de infraestructuras culturales como el Museo de San Telmo, es de carácter político. En él se reproduce el triple compromiso -ético con la defensa de la vida, político con el diálogo y democrático con el respeto a las decisiones de la ciudanía- publicitado en su día por el lehendakari Ibarretxe. El portavoz nacionalista anunció ayer que, en caso de no llegar a un acuerdo de gobierno -el PSE lo está estudiando, según un portavoz-, está dispuesto a negociar los presupuestos para el próximo año.