La tensión crece en Chechenia por el posible indulto a un coronel asesino

Mientras los militares anunciaron el lanzamiento de una gran operación en las montañas para dar caza a los dirigentes separatistas chechenos Aslán Masjádov y Shamil Basáyev, en la misma Chechenia crece la inquietud entre los promoscovitas ante la posibilidad de que se indulte a Yuri Budánov. Este coronel ruso secuestró, torturó, violó y por último mató a Elza Kungáyeva, una chechena de 18 años. Ayer el gobernador de Uliánovsk, general retirado Vladímir Shamánov, ratificó la resolución de la comisión provincial de indulto que aprueba la puesta en libertad de Budánov, que ha cumplido cuatro años de su condena de 10. Ahora, el presidente Vladímir Putin deberá tomar la decisión definitiva.

Putin se ve en una situación muy difícil, ya que Budánov es apoyado por los militares y se ha convertido en un héroe para los nacionalistas rusos. En cambio, para todos los chechenos -incluidos los promoscovitas-, personifica lo peor y más bajo del Ejército ruso y no puede tener perdón.

La posición de Putin se ha complicado aún más después de las declaraciones hechas por Dmitri Kózak, uno de los más cercanos colaboradores del presidente, que acaba de ser nombrado en un cargo que lo convierte en una especie de virrey del Cáucaso del Norte. Kózak dijo que "es muy posible" que "haya fundamentos" para indultar a Budánov. Las palabras de Kózak, cuando menos desafortunadas, fueron interpretadas unánimente en Rusia como un apoyo a la petición del coronel, que ni siquiera ha pedido perdón a la familia Kungáyev por su horroroso crimen. Kózak dice que con respecto a los guerrilleros se han aprobado varias amnistías -lo que se podría equiparar a indultos-, pero se olvida que éstas no se extienden a los que cometieron delitos de sangre.

Coche cargado de explosivos

Ramzán Kadírov, viceprimer ministro del régimen prorruso de Chechenia e hijo del presidente asesinado en mayo pasado, ya advirtió que un indulto a Budánov provocará manifestaciones masivas de protesta en la pequeña república norcaucásica. Si Putin deja en libertad al coronel asesino "encontraremos la manera de darle lo que se merece", señaló Kadírov, manera diplomática de decir que lo matarán.

Por otra parte, en Moscú crece la perplejidad provocada por la detención de un coche cargado de explosivos la noche del viernes al sábado. Al volante del Lada iba Alexandr Pumane, capitán retirado de submarino atómico, que murió a las pocas horas en el hospital debido a la paliza que le dieron. Las hipótesis sobre el incidente van desde la triunfalista prevención de un atentado terrorista hasta la de una provocación organizada por los servicios especiales para poder reportar algún éxito, pasando por la de un loco que quería vengarse de las autoridades que lo dieron de baja.