Un amigo del cazador de Tolox contradice su versión de los hechos
El testigo asegura que estuvo con el acusado el día del tiroteo
Un amigo de la infancia de Sebastián Rojas, el hombre acusado de disparar por la espalda a un marroquí sin motivo aparente, aseguró ayer que se reunió aquella tarde con él "para tomar un café". Su testimonio, que se produjo en el segundo día del juicio celebrado ayer en la Audiencia de Málaga, contradice la versión del cazador, que dijo haber pasado la tarde en el campo, sin compañía alguna.
Gran parte de los testigos llamados a declarar ayer a la Audiencia Provincial de Málaga eran amigos, parientes y conocidos de Tolox (Málaga), el pueblo en el que Sebastián Rojas vive desde que nació, hace 31 años. La segunda jornada del juicio, en el que se le acusa de disparar varias veces contra Addya Abdelkader y burlarse del marroquí junto a otros dos hombres, que no han sido identificados, transcurrió con normalidad. El acusado siguió la tónica del primer día, en la sala se mantuvo frío y con la mirada al frente, y durante los descansos paseó charlando con su abogado.
Antonio Rivero, amigo de la infancia del acusado, contó que la tarde del 18 de noviembre del 2000, fecha en la que se produjo el tiroteo, tomó café con Sebastián y que se fueron juntos a Yunquera, un pueblo vecino en el que residían sus respectivas novias. "Nos fuimos antes de que anocheciera", contó. Su declaración contradice la dada el primer día del juicio por el acusado, que dijo haber pasado la tarde solo en el campo y que había regresado a casa de noche, pues recordaba que llevaba las luces de la moto encendidas.
El abogado de la acusación particular, Antonio Moles, subrayó la falta de coartada de Sebastián, del que dijo tiene hasta tres versiones distintas. Algo que no preocupa al abogado defensor, Mario Ruiz, que mantiene la presunción de inocencia de su cliente. "Hay líneas de investigación que se han descartado y podrían llevar al verdadero causante de los hechos", explicó. Por petición suya, declaró Roque García, tío del acusado. El hombre, que regentaba una peña flamenca en el 2000, manifestó que uno de sus clientes le contó que su hijo había estado de caza ese mismo día con otros dos compañeros y que se habían encontrado con tres marroquíes que podrían venir de Istán, una localidad cercana. "Me aseguró que Sebastián no era quién había disparado", contó un tanto nervioso. Añadió que había notado al hombre "preocupado" y que, aunque "llevaba dos copas", no parecía estar borracho. La fiscal le puso en conocimiento de que la Guardia Civil había dado por cerrada esa línea de investigación después de interrogar a esas personas.
La defensa, que pide la absolución, mantiene que era imposible identificar al acusado a 20 metros de distancia y a una hora en la que apenas había luz. Añade que Sebastián no ha llevado perilla, como aparece en el retrato robot, y que sus 1,62 metros le hacen visiblemente más bajo de lo que la víctima apuntó en principio (1,75 metros). La Fiscalía solicita 14 años y la acusación particular 18 años. Está previsto que hoy finalice el juicio.
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