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Reportaje:

Olímpica parlamentaria

Teresa Perales gana dos medallas en los Juegos Paralímpicos de Atenas

Un hecho excepcional se ha colado en los corrillos del Parlamento de Aragón. Mientras los diputados discuten las propuestas del inicio de curso, una de sus compañeras de escaño, Teresa Perales, triunfa en las piscinas de Atenas. Diputada por el Partido Aragonés desde junio de 2003, Perales, de 28 años, ha dejado por unos días discursos y ponencias para colgarse metales. El domingo conquistó su primer oro en los 100 metros libres S5 de los Juegos Paralímpicos.

Y ayer, contra todo pronóstico, firmó su mejor marca en los 50 metros espalda y se hizo con el bronce.

"Dos de dos. Es mucho más de lo que esperaba", exclamó Perales exultante al salir de la piscina y sentarse en su silla de ruedas. Con ella convive desde 1996, cuando un tratamiento incorrecto, del que prefiere no hablar, la dejó parapléjica a los 21 años.

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Con una sonrisa y un ánimo contagiosos, Perales ha hecho de su vida un correcalles entre la piscina y el Parlamento. Deportista de toda la vida -practicaba judo, equitación y baloncesto-, descubrió la natación tras su enfermedad, durante unas vacaciones junto a la playa. "Me tiré a la piscina y decidí que me gustaba, que nadar era lo que quería hacer como ejercicio, pese a que de pequeña, después de un coscorrón, había decidido no volver a meterme en una", cuenta. Al segundo día de cursillo su entrenador ya le dijo que tenía futuro profesional. No se equivocó: de Sidney 2000 salió coronada con cinco medallas (dos platas y tres bronces).

Pero lo de ahora tiene aún más mérito. En Sidney, Perales era aún una recién licenciada en fisioterapia que no había entrado en el mundo laboral. Desde el año pasado se bate también en la arena política. Su llegada al Parlamento de Aragón fue toda una revolución. No había acceso para discapacitados y Perales no podía acceder a su escaño. En unas semanas el problema se solucionó. "Sólo eso es ya todo un logro. Al convivir conmigo, mis compañeros se dan cuenta de las necesidades de la gente como yo", señala Perales, que desde muy joven se interesó por la política. "No hay día que en el Parlamento no se mencione la palabra discapacitado", añade con orgullo.

La agenda de Perales está repleta. "En mi casa he dejado una foto para que se acuerden de mí", bromea. Se levanta a las 5.30 y, después de pasear el perro, se entrena durante cuatro horas en la piscina. Se cambia el bañador por el traje y se presenta en el Parlamento. A las diez, como un reloj, cuando toca Pleno. "Dedicarme a la política fue un paso importante, tuve que ser muy valiente, pero pensé que si no lo hacía sería muy egoísta conmigo misma y con la gente como yo; ahora tengo la ocasión de ser su voz", explica.

De Atenas, además de unas cuantas medallas -tiene opciones en al menos otras dos pruebas-, se llevará una promesa: el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, le ha prometido que estudiará un plan de becas para deportistas paralímpicos. "Soy feliz haciendo lo que hago y me he dado cuenta de que, si tienes ganas de trabajar, te puedes comer el mundo", concluye, mientras felicita a otra compañera española por su éxito.

Teresa Perales celebra el domingo su victoria en una de las finales de los 100 metros libres.
Teresa Perales celebra el domingo su victoria en una de las finales de los 100 metros libres.EFE

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