SOS Guadarrama
El Guadarrama, pulmón de Madrid y aspirante a parque nacional, sufre de agresiones sostenidas desde hace muchos años y necesita atención médica inmediata si no queremos que nuestros nietos lo reciban depauperado, moribundo ya.
Hace ya más de treinta años, cuando el informe preceptivo de impacto ambiental vivía todavía en el seno de Abraham, se construyó el segundo túnel de Guadarrama, que asoló, literalmente hablando, casi cuatro kilómetros de la vertiente norte, desde el monte de Cabeza Reina hasta la embocadura del segundo túnel, en San Rafael (El Espinar). Antes de la tropelía éste era uno de los parajes más hermosos del país. Después, la agresión óptica y, sobre todo, la contaminación acústica, han degradado desoladoramente el entorno. Tres líneas eléctricas de altísima tensión, paralelas en una banda de no más de quinientos metros de ancho, se ensañan además, cruelmente, con una geografía antaño tan privilegiada.
Este daño no va a quedar aquí. Se cierne un nuevo hachazo, inmediato, si Dios o Cristina Narbona no lo remedian: el tercer túnel. Los recursos ante la UE, intentados por las organizaciones ecologistas, no han conseguido mover a nadie para evitarlo, como tampoco pudieron hacer nada frente a la autopista de peaje de Segovia a San Rafael, primer asalto de la desigual pelea del dinero contra el Guadarrama.
Habría, sin embargo, una posibilidad de remediar este atropello continuado y devolver a la zona su antiguo esplendor: abovedar las vías de acceso a las embocaduras del túnel, las antiguas y la que se quiere construir ahora, en un túnel artificial superpuesto, desde las cabinas de peaje hasta las bocas respectivas. Sobre las dovelas que lo cubran se podría ir vertiendo el material y escombro que salga del nuevo túnel. Luego se recubre todo de tierra vegetal en espesa capa y se deja a la naturaleza devolver al lugar su antigua hermosura, restauración que resultaría completa si, ítem más, se enterrasen juntas, en una misma zanja, las tres líneas de alta tensión. ¡Por favor!... ¿Hay alguien ahí?-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.