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UNIVERSITAT DE VALÈNCIA | Apuntes

Compás de espera con aliento europeo

A la espera de que se aclaren los interrogantes que plantean las decisiones de los gobiernos de Madrid y Valencia, la Universitat de València aumenta su apuesta por allanar el camino hacia la convergencia europea. Hay "dos factores sobre los que hay que trabajar fino y nos vamos a poner a ello", subraya el rector Francisco Tomás, en referencia al diseño y definición de los títulos de grado (formación generalista en 3 o 4 años) y en la preparación del postgrado (cursos oficiales de especialización), que, a la postre, "tal vez sea más sencillo de implantar que el grado". De hecho, y como novedad, se creará este curso en la administración de la Universitat una estructura específica para el postgrado. Y es que el curso 2005-06 "es un horizonte a tener en cuenta", reconoce Tomás, para implantar ya algunas titulaciones homologadas en el sistema europeo, dependiendo del ritmo que el Gobierno imprima a las reformas legislativas pendientes.

Por el momento, se han ampliado los "proyectos de innovación educativa para la convergencia europea" donde se experimenta el nuevo modelo de enseñanza, alejado de la clase magistral, más participactivo y práctico. Más de 200 profesores y 1.200 estudiantes, lo harán a curso completo, es decir, con todas las asignaturas del curso con la nueva metodología. Será en Química, Matemáticas, Biología, Educación Social , Filología Inglesa e Historia, además de la doble titulación ADE-Derecho. Otros 800 alumnos y unos 40 profesores entran en el apartado de "incorporación progresiva", con sólo algunas asignaturas en clave de convergencia. "Aunque no hubiera convergencia europea habría que ir a este tipo de enseñanza", argumenta el rector subrayando a la vez la fuerte apuesta de su universidad. Títulos nuevos no hay en este comienzo de curso, pero desde el Vicerrectorado de Estudios no se descarta aún la posibilidad de poner en marcha Humanidades, que cuenta con todas las autorizaciones y homologaciones necesarias.

En un año, el 2004, de presupuestos que fueron definidos como "restrictivos" ante la incertidumbre de la financiación pública, el nuevo curso llega a la Universitat de València con la esperanza de que las cosas cambien. Con el mayor peso estudiantil y docente del sistema valenciano y una carga patrimonial histórica tan rica como onerosa, la firma, en este trimestre y en los términos planteados, del documento de financiación que las universidades remitieron al Consell el pasado curso, aliviaría una situación que algunos califican de agobiante. Especialmente, en materia de inversiones, con las facultades de Psicología y Ciencias Sociales, así como las escuelas de Ingeniería y Magisterio, esperando sede nueva. A pesar de todo, se acaba de licitar algún proyecto importante, como el de Medicina, que es uno de los edificios históricos de la Universitat y que se empezará antes de final de año, o el de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, que compartirá espacio con Fisioterapia.

"Sigue adelante", dice el rector Tomás, el desarrollo del parque científico en Burjassot-Paterna, con una petición de fondos FEDER al Gobierno de la Nación "para construcción de dependencias que acojan a empresas" y la conclusión este curso de la sede del Instituto de Ciencia Molecular en Paterna. Pone énfasis el rector en el "esfuerzo" para edificar, en el campus dels Tarongers, inmuebles para institutos de ciencias sociales y humanas, donde este curso se empezará el del INTRAS (tráfico y seguridad) y se proyectará otro para institutos más recientes, al tiempo que se licita el proyecto de la retrasada rehabilitación del edificio que albergará en el centro de Valencia al Instituto de Historia de la Ciencia López Piñero. Pero más allá de las infraestructuras y los anuncipos políticos, Francisco Tomás ve "necesarias medidas urgentes y drásticas de apoyo a la investigación en la Comunidad Valenciana, de forma acorde a la excelencia y la productividad científica".

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