"La amenaza de atentados sigue siendo elevada"
El holandés Gijs de Vries (Nueva York, 1956) es desde marzo pasado el coordinador europeo de la lucha antiterrorista. Fue nombrado poco después del atentado del 11-M en Madrid para pilotar la batalla de la Unión Europea contra un fenómeno al que pocos países escapan. Recién llegado de Washington, donde ha mantenido contactos con el Congreso y los departamentos de Estado, de Seguridad y de Justicia, De Vries recibió a EL PAÍS en su despacho de Bruselas antes de viajar a Holanda, donde ayer conversó con el responsable de Seguridad Interior de Estados Unidos, Tom Ridge.
Pregunta. ¿Cree que han mejorado las relaciones con Estados Unidos después de la crisis de Irak?
Respuesta. Yo diría que por ambos lados del Atlántico quedan todavía algunos recuerdos de esa fase penosa, pero hay una voluntad tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea de trabajar juntos, estrechamente, para mejorar nuestra seguridad. Evidentemente, nosotros tenemos de vez en cuando nuestras diferencias, pero en la práctica, en cuanto a protección de transporte aéreo, transporte marítimo o en la coordinación de servicios de seguridad, hay una buena colaboración. Es evidente que la lucha antiterrorista debe ser global y que incluso la escala europea es insuficiente para hacerla con eficacia. Hace falta implicar a todos los miembros de Naciones Unidas y, sobre todo, a grandes potencias como Estados Unidos.
"El gran miedo que señalan los especialistas es que un día las armas de destrucción masiva caigan en manos terroristas"
"Una prioridad de la Unión Europea es la de lograr un instrumento mundial de lucha contra la financiación del terrorismo"
P. ¿Qué puede aportar Estados Unidos a Europa en la lucha antiterrorista y qué puede aportar a su vez la UE?
R. Es necesario que Europa y Estados Unidos promuevan un mayor papel de los organismos internacionales, como la Organización Marítima Internacional, o la Agencia Internacional de Aviación Civil. Es responsabilidad de ambas partes reforzar el Organismo Internacional de la Energía Atómica en la lucha contra la proliferación de armas nucleares. El gran miedo que señalan todos los especialistas es que un día estas armas de destrucción masiva caigan en manos terroristas. Hay que mejorar los controles fronterizos y la lucha contra la financiación terrorista. He estado recientemente en Marruecos, por ejemplo, para ver si las autoridades marroquíes tienen necesidad de una ayuda adicional de la Unión Europea en la lucha antiterrorista. Marruecos ha dicho que la necesita para luchar, precisamente, contra la financiación del terrorismo. Son algunos ejemplos de lo que se puede hacer. Una prioridad de la Unión es lograr un instrumento mundial de lucha contra la financiación del terrorismo. Hay que conseguir, junto con Estados Unidos, que los países cumplan este tipo de medidas adoptadas a escala internacional.
P. ¿No hay demasiadas diferencias de concepto en la lucha antiterrorista con Estados Unidos? Usted mismo ha señalado que ellos hablan de guerra contra el terrorismo, término que Europa deplora.
R. Sí, hay esas diferencias y no hay por qué disimularlas. Muchos europeos temen que ese término de guerra contenga el concepto de guerra de civilizaciones. Y ése es claramente el objetivo de Al Qaeda. Pero en los atentados del último mes los musulmanes han sido tan atacados como los no musulmanes. Hay un interés importante en la mayoría de los musulmanes europeos de distinguirse claramente de los radicales y los asesinos y tenemos que animarles a que sigan haciéndolo. Rechazo la tesis de la guerra de civilizaciones y creo que sería interesante tender puentes entre toda la gente razonable del mundo, sea musulmana o no.
P. ¿Ha habido contactos con las autoridades rusas para coordinar políticas antiterroristas tras los asesinatos de Beslán?
R. Lo de Beslán ha sido tan terrible que no se puede más que sentir solidaridad con las autoridades rusas y su lucha antiterrorista. Dicho esto, es evidente que el conflicto en Chechenia exige también una estrategia política para resolver el conflicto a largo plazo. Rusia tiene una ayuda europea para reforzar el control de sus fronteras y para luchar contra el blanqueo de dinero. Se pueden barajar más opciones para cooperar más estrechamente, pero la clave de una solución se encuentra en el terreno político entre los chechenos y Moscú.
P. ¿Cómo está funcionando el Sitcen, eso que se ha llamado el embrión de la CIA europea?
R. Hay que recordar que no es un centro operativo, sino un centro de análisis de amenazas. Los expertos están todavía en el proceso de asociarse a este centro. El primer análisis conjunto ya está en marcha, pero hay que tener en cuenta que reunir a la gente lleva su tiempo. Tenemos los análisis del Grupo Antiterrorista que coordina a los 25 servicios de seguridad de la Unión Europea. Lo que falta hasta el presente (y por eso se está reforzando el Sitcen) es un análisis conjunto exterior e interior.
P. ¿Qué dicen esos análisis de amenazas exteriores?
R. En términos generales se puede decir que la amenaza es seria y elevada. Felizmente, no hemos sufrido nuevos ataques terroristas tras la tragedia de Madrid, pero eso no nos debe llevar a pensar que la amenaza se ha reducido. Desgraciadamente, no es así. Hay que seguir vigilantes.
P. Hay muchas quejas sobre el funcionamiento de la oficina policial europea Europol. ¿Cree que está en vías de solución?
R. Creo que Europol va mejor. El número de casos tratados por Europol ha aumentado en un 40% en 2003 con respecto al año precedente. Ya en ese año hubo 4.600 casos en los que los servicios nacionales han obtenido la ayuda de Europol. El papel que desempeña Europol es cada vez mayor. Las policías nacionales recurren cada vez más a esta organización, si bien quedan todavía cosas por hacer. Todavía no estoy contento. El poder de Europol no está a la altura de su tarea. Es imperativo que se ratifiquen las tres convenciones jurídicas que refuerzan su papel y que le permitirían luchar más eficazmente contra el blanqueo de dinero y contar con expertos no europeos. Necesitamos más energía política por parte de los países miembros y que éstos apliquen las medidas que se van aprobando. Se tarda a veces demasiado tiempo en aplicar en cada país decisiones que se han tomado en Bruselas por unanimidad.
P. Italia ni siquiera ha adoptado todavía la euroorden que permite la entrega inmediata de terroristas o presuntos terroristas sin procedimientos de extradición. En ocasiones parece que el enemigo está dentro...
R. No, no. No hay que equivocarse de objetivo. Los enemigos son los terroristas. Pero es verdad que es importante que los políticos permitan a nuestras fuerzas de seguridad actuar con eficacia en el respeto evidente de los derechos de nuestros ciudadanos y de los derechos humanos. De ahí que haga falta poner en marcha con urgencia los acuerdos tomados. No obstante, sé que en Italia se está discutiendo ya la euroorden en el Senado.
P. Quizá los países que no tienen prisa en tomar ciertas medidas antiterroristas es porque no sienten la amenaza.
R. Hay un cierto desfase a veces entre la urgencia que marcan los políticos y la acción de la Administración, pero Europa ha reforzado extraordinariamente su panoplia de instrumentos antiterroristas y creo que se va a seguir avanzando porque se toma muy seriamente la amenaza terrorista. No soy pesimista a este respecto.
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