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ENTRE LA XENOFOBIA Y EL CONFLICTO SOCIAL

"Estamos muy asustados, ¿no hay ley aquí que nos defienda?"

Los graves incidentes atemorizaron a la importante comunidad asiática de la zona. "Estamos asustados, no nos defendieron", exclamaba una joven china. La Embajada elaboró un comunicado para denunciar "la pasividad policial", ya que los agentes no actuaron hasta que no se prendió fuego.

"Estamos muy asustados, tenemos miedo, ¿no hay ley aquí que nos defienda?", se preguntaba un empleado de una tienda de venta de zapatos al por mayor. En un bar del polígono algunos clientes comentaban: "Esto se veía venir, la gente está muy harta, hace semanas que preparaban esto". De una nave a otra del polígono del Carrús corría la voz de que hay convocadas nuevas protestas si no se aplican medidas concretas de inspección y control.

"¡El par de zapatos a tres euros! Con esos precios no podemos hacer nada", se lamentaba ayer un joven de 24 años que trabaja en otra empresa en la que los pares de zapatos salen a un precio de 20 euros. "La calidad no es la misma, pero la gente no se fija", añadió este trabajador.

La fisonomía del polígono industrial del Carrús (Elche), donde ocurrieron los altercados, ha cambiado por completo en los últimos meses. Dos de cada tres naves industriales están regentadas por personas de origen asiático.

Hace unas semanas, el gimnasio Chamara se traspasaba y ahora es un gran almacén de zapatos propiedad de un ciudadano chino. "Siempre está abierto, para mí que viven ahí, son un montón", agregaba ayer otro joven que desde los siete años trabaja en una fábrica aneja a las incendiadas. "Ahora, el único negocio que tienes aquí es vender a los chinos, si son tuyas algunas de estas naves", matizó otro trabajador. Todos preferían mantener su anonimato.

Los bajos precios, la competencia desleal y la mano de obra barata en la que basan su competencia los chinos están minando el sector. Durante los últimos meses, varias empresas importantes, como Martínez Valero, presentaron expedientes de regulación de empleo y otras muchas cerraron.

Sin embargo, en el polígono del Carrús proliferan almacenes y talleres, en algunos casos clandestinos. Pascual Pascual, sindicalista de CC OO, recordó los informes que estiman que durante los últimos diez años el calzado ha perdido 12.000 empleos en toda España, de los que 5.000 corresponden a Elche. Por contra, aunque se haya reducido el número de empleos, proporcionalmente las exportaciones aumentan. "Algo pasa, si se vende más fuera y aquí hay menos gente trabajando. Aquí hay gato encerrado", agregó el sindicalista.

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