De Villalbilla

El pasado 8 de septiembre, en esta misma sección, con total impunidad, se difamaba al alcalde de Villalbilla por parte de un vecino de la localidad. No mereció por nuestra parte ninguna réplica, pues consideramos que la dignificación de la vida política es una batalla perdida, en gran medida por el posicionamiento de los medios de comunicación.

Pero, a la indignación que produce que se publiquen libelos semejantes, se le suma la aparición de la noticia "Sabor medieval en Villaverde", con fotografía incluida y ocupando media portada de la sección Madrid del domingo 12.

El fin de semana anterior, 4 y 5 de septiembre, Villalbilla conmemoró el 450º aniversario de la obtención de su Derecho de Villazgo, efeméride importante para nuestro municipio y, creemos, para la Historia de Madrid. Se realizaron diversos actos, entre otros la entrega de insignias de oro a todos los concejales que nos han precedido; se han editado un libro y un cómic de la historia de Villalbilla y hemos tenido un fin de semana medieval, con mercadillo como el de Villaverde, pero con la diferencia de la motivación, y con la participación de casi todo el pueblo, incluido el equipo de gobierno, vestido de época y realizando representaciones callejeras.

Se había enviado con antelación el programa de actos a EL PAÍS; se habló con la redacción de Madrid, pero... no es noticia. Señor director, ¿cuáles son los criterios para decidir qué se publica?, ¿que sus redactores puedan ir en metro?, ¿que haya algún escándalo de por medio?, ¿que se difame a alguien? ¡Qué pena!

Al señor Barbé: ¿Qué capacitación se necesita para ser concejal de Urbanismo? ¿Sólo pueden serlo los arquitectos? Afortunadamente existen técnicos que informan, asesoran, diseñan, hacen proyectos... Respecto al nuevo Ayuntamiento, pregúntele a los trabajadores municipales de Villalbilla las condiciones en las que han desarrollado su trabajo durante años en el edificio viejo; ¿desde cuándo es malo mejorar lo que es de todos? Señor Barbé, una vez agotado el planeamiento anterior, ¿qué se hace?, ¿les decimos a nuestro hijos que se vayan a vivir a Alcalá? Por cierto, el nuevo planeamiento lo aprobó el pleno municipal, por unanimidad; no lo "ató" el alcalde solito.