El vertedero de los inmigrantes

La Delegación del Gobierno en Ceuta ha negado la existencia de un asentamiento formado por un grupo de 60 subsaharianos en un vertedero a las afueras de la ciudad y aseguró ayer que todos los inmigrantes irregulares que se encuentran en Ceuta tienen garantizada la manutención y el alojamiento mientras la oficina de extranjería resuelve sus expedientes administrativos.

Pero lo cierto es que el asentamiento al menos de día existe, y fue detectado esta semana por trabajadores de la Consejería de Medio Ambiente de la ciudad autónoma, gobernada por el Partido Popular, que dieron la voz de alarma durante una inspección rutinaria en la escombrera de Loma Larga. Precisamente por ello, el Gobierno local decidió tomar cartas en el asunto y desplazar equipos de limpieza a la zona para evitar que se produjeran incidencias por la acumulación de basuras o el encendido de fogatas.

"En la ciudad, ni un solo subsahariano duerme a la intemperie", dice el delegado del Gobierno

Los subsaharianos se reúnen en el lugar, preparan comida y pasan las horas muertas en el vertedero, aunque no duermen allí, al menos la mayoría. Lo hacen en un colegio próximo perteneciente al Obispado de Cádiz y Ceuta, que en la actualidad acoge a 115 inmigrantes subsaharianos, aunque en este antiguo centro educativo el espacio es tan reducido que los religiosos sólo permiten la estancia del colectivo en horario nocturno y cierran sus puertas cada mañana para evitar aglomeraciones.

"En Ceuta no hay un solo subsahariano que hoy duerma a la intemperie", explicó ayer un portavoz de la Delegación. El vicario general de la diócesis de Ceuta, Francisco Correro, corrobora la afirmación: "Si duermen fuera es porque quieren y no porque el colegio esté colapsado. Sitio hay de sobra, porque hemos llegado a acoger a 240 personas", subraya.

La reacción del Gobierno local ha sentado muy mal a la Delegación del Gobierno, que se apresuró ayer a desmentir la versión de la consejería al recordar que todos los subsaharianos que hay en Ceuta, en torno a 400, están atendidos por el Imserso, en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) o por las entidades colaboradoras, la Cruz Roja y la Comisión Diocesana de Migraciones, que les proporcionan comida y alojamiento.

Éste es el primer enfrentamiento entre las autoridades de la ciudad autónoma y la Delegación del Gobierno a propósito de la inmigración. La ex ministra de Sanidad Ana Pastor (PP) alertó la semana pasada sobre las consecuencias para la ciudad del proceso de regularización extraordinaria del Gobierno, y ante "el efecto llamada que se avecina" pidió la aplicación del reglamento sanitario internacional a inmigrantes tanto en la frontera con Marruecos como en el CETI.

El Ejecutivo local tiene pendiente desde diciembre de 2003 la redacción de un programa de control sanitario de los inmigrantes.