Amenábar y Bardem celebraron con los Reyes en Venecia los premios de 'Mar adentro'

Sin tiempo para deshacer las maletas, Alejandro Amenábar y Javier Bardem viajan hoy a Toronto (Canadá), cuyo festival de cine -sin premios y más destinado a la distribución- puede ser una importante puerta de acceso para Mar adentro en el complejo y cerrado mercado norteamericano. Director y actor aseguraron ayer que los premios recibidos en Venecia son la mejor tarjeta de visita para el viaje que ahora emprenden. Mientras Bardem contó que no habían celebrado todavía en condiciones la Copa Volpi y el León de Plata, Amenábar reveló que en Venecia se tomaron "unas copas con los Reyes", que estaban en la ciudad italiana por la exposición antológica de Dalí, y luego bailaron "un poquito".

Tras la cena de gala celebrada el sábado por la noche en Venecia, el equipo de Mar adentro se reunió con el rey Juan Carlos y la reina Sofía. "Nos lo pasamos muy bien, porque el Rey tiene mucho sentido del humor. Aunque no han visto todavía la película, celebraron con nosotros los premios", contó ayer Alejandro Amenábar. "Creo que será ahora, en Toronto, cuando por fin tendremos tiempo para celebrarlo de verdad: en el hotel y con algunos amigos que también van al festival", dijo Javier Bardem. "Supongo que la gente se imagina una noche loca con gran cantidad de alcohol... Pues no, nos fuimos a dormir por el cansancio que te da una alegría que va más allá de la celebración", añadió el actor. "Todo este viaje ha sido muy intenso, muy emocional. La reacción del público y la prensa en Venecia han sido muy fuertes, una respuesta maravillosa. Al final, con todo eso aumenta la presión y, finalmente, el cansancio".

El director y el actor se reunieron ayer en Madrid con un grupo de periodistas. Posaron ante un cartel enorme de la película. Una periodista reprochó a Amenábar que el cartel de España no sea como el elegido para Italia, con Bardem joven, moreno y en bañador. "Cada país tiene una promoción diferente", se disculpó el cineasta. Amenábar respondió con su habitual cordialidad y Bardem con su hipnótica tensión. El actor (que una vez más eludió tajantemente cualquier pregunta que pudiera rozar su vida íntima, concretamente, la amorosa, "una vez más no pienso hablar de eso") quiso quitarle importancia a los premios y sus honores: "La única meta que me interesa de una película es su propósito más noble, que es contar una historia, y no lograr premios. Me molesta la presión que se crea en torno a ellos".

"Me gustó mucho lo que dijo Mike Leigh cuando el sábado le entregaron el León de Oro", recordó Amenábar sobre el director de Vera Drake, que ganó el premio más importante con la historia de una abortista en la Inglaterra de los años cincuenta. "Él recordó cómo la misma película que ganaba en Venecia había sido antes rechazada para estar en la selección oficial de Cannes". "Creo que eso te da la medida de todo", añadió Bardem.

Actor y director comentaron el impresionante arranque en taquilla de Mar adentro (lleva recaudados más de seis millones de euros y, en este segundo fin de semana desde su estreno, ha superado a La Terminal, de Spielberg), su deuda con el legado de Ramón Sampedro (Bardem tiene un solo reproche para el gallego: "Una pena, me hubiera gustado hablar con él") y cómo, a estas alturas, se toman las malas críticas. "Una mala crítica te molesta", confesó Bardem. "Pero yo le doy la misma importancia a las buenas que a las malas. Hay que saber leer con distancia. Ni un día eres el mejor, ni al otro no vales un duro. Han dicho algunas locuras sobre esta película, pero han sido comentarios desde sectores que en su día tampoco aceptaron las ideas de Ramón Sampedro". Sobre el comentario del crítico del diario francés Libération, que ha calificado la decisión del jurado de Venecia como más cercana a la de una asociación humanitaria que a la de un grupo de expertos en cine, el actor añadió: "¿Y qué tiene de malo una asociación humanitaria?".