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Reportaje:SEIS MESES DESPUÉS DEL 11-M

Alissa Torres, viuda en Nueva York y solidaria en Madrid

Una mujer colombiana que perdió a su marido en las Torres Gemelas trata de ayudar a víctimas del 11 de marzo

Carlos E. Cué

"El dolor no se puede contar", dice Alissa con una sonrisa cómplice. "Ni compartir", añade Juan. Pero sólo con una mirada, un abrazo, se entienden bien dos personas que han sufrido una tragedia. Alissa Torres perdió a su marido, colombiano, cuando llevaba sólo dos días trabajando en las Torres Gemelas. Saltó desde el piso 105. Ella, que cree haberle visto en unas fotografías de Time mientras se lanzaba, estaba embarazada de siete meses. Joshua, su hijo, está a punto de cumplir tres años.

Alissa, que comienza poco a poco a tirar adelante, ha encontrado una forma de canalizar las ganas de hacer algo. Ha venido a España a visitar familias que sufrieron un drama parecido, para ella relacionado. "Cuando vi las imágenes del 11-M, en España, entendí por fin a toda esa gente que trataba de ayudarme a mí, que me venía a ver, y que a veces resultaba molesta, pero a la larga servía. Entonces decidí que yo también tenía que molestar".

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En España se ha encontrado con Juan Cordero, viudo de Susana, también con niños pequeños, Sofía, de 12, y Javier, de 7. A la casa de Juan, en Coslada, llega otra familia unida por el drama. Jesús Abril y Maribel Alegre perdieron en ese tren a Óscar, de 19 años. Juan y Jesús son profesores en el mismo instituto de Coslada, un pueblo obrero, como todos los afectados, donde hubo 21 víctimas.

Ellos sólo consiguen relacionarse de verdad con su familia y con gente que ha sufrido una tragedia. "Es que es muy difícil. A veces queremos estar solos, otras hablar, otras escuchar", explica Jesús. "Sólo quien tiene dolor dentro lo entiende. Son los que nunca dan consejos, sólo abrazos. La otra gente no sabe qué decir", puntualiza Juan.

Por eso comienzan a hablar con Alissa y pasan las horas sin que se note. Aunque no están en la misma situación. "Nosotros aún tenemos que pasar el duelo", se excusa Jesús. "Te tiene que pasar algo así para darte cuenta de que seis meses no es nada", añade Juan, molesto con los que señalan que el tiempo cura todo. "Yo no quiero que pase el tiempo. No quiero olvidarme de los detalles. Quiero recordar todo lo que viví con ella".

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Pero sí les ayuda ver que alguien, pasados unos pocos años, logra enfocar su vida. Escribir siempre libera. Todos lo hacen. Pero además hay que buscar una meta. Alissa la ha encontrado en su organización, Peaceful tomorrows [Un Futuro en Paz], que agrupa a las familias del 11-S hartas de que el Gobierno de George W. Bush vaya a la guerra en su nombre y de que esté haciendo su mundo "menos seguro y menos libre". Denuncian sobre todo la utilización de las imágenes del 11-S que Bush está haciendo para sus anuncios electorales. Tienen vínculos con otros lugares de tragedia -Afganistán, Hiroshima, Palestina, Israel, Ruanda, Dresde, Irak- para tratar de dar un mensaje pacífico. Y han escrito un libro que publicará en España la editorial Icaria. También tienen relación con Gernika (Vizcaya). De hecho, Alissa irá allí este fin de semana para hablar con supervivientes del bombardeo y ver cómo se recuerda un drama después de 68 años.

Las familias Cordero y Abril, aunque no están en ninguna asociación, defienden el mismo espíritu que Alissa. Como otras muchas familias afectadas, estuvieron en todas las manifestaciones contra la guerra de Irak antes del 11-M.

Beatriz, la hermana mayor de Óscar Abril, se queja de que precisamente la gente que ha sufrido la tragedia es la más tolerante, por ejemplo, con el mundo árabe: "Yo veo cómo mira la gente en el metro a los marroquíes y me indigno. ¿Qué culpa tienen? ¡Ellos también son víctimas!". Su madre sentencia: "la violencia sólo engendra violencia".

Juan y Jesús, los dos profesores, tratan de inculcar tolerancia a los alumnos de su instituto. Prefieren hablarles de eso, con la credibilidad que les da lo que han sufrido, que contar su experiencia, imposible de explicar. Como señala Maribel: "si será difícil, que ni el diccionario recoge una palabra para el que pierde un hijo".

Juan Granados, cuya esposa murió en el 11-M, a la izquierda, junto a Alissa Torres y su hijo, Joshua.
Juan Granados, cuya esposa murió en el 11-M, a la izquierda, junto a Alissa Torres y su hijo, Joshua.RICARDO GUTIÉRREZ

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