Maragall afirma que Cataluña es más respetada que antes
"Cataluña, su lengua, su convivencia y su fuerza colectiva no están en peligro; al contrario, son más respetadas que antes". Ese es el diagnóstico realizado ayer por Pasqual Maragall en su primer discurso como presidente de la Generalitat con motivo de la Diada del Onze de Setembre, que se celebra hoy. Entre las novedades de la jornada figura el acto institucional que hoy a mediodía se desarrollará en el parque de la Ciutadella, y al que Maragall convocó en su mensaje.
El presidente catalán hizo, pues, una lectura positiva del actual momento. Ahí radica la principal diferencia respecto al discurso convergente que ha sido hegemónico en Cataluña durante 23 años. Maragall ve el futuro más despejado que su antecesor gracias a que en el presente se ha pasado página y ahora gobiernan "los hijos del sueño de la Cataluña republicana y de la lucha contra la dictadura", dijo.
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El presidente de la Generalitat convoca a la ciudadanía al acto institucional de la Diada hoy a mediodía en la Ciutadella
Tiempos difíciles
"Tenemos un proyecto compartido con la mayoría. Avanzaremos hacia un futuro cívico y nacional mejor. Nos gobernaremos con plenitud", sentenció ayer el presidente de la Generalitat. "Y seremos todo lo que queremos ser en la España plural, la gran Europa y en el mundo abierto", agregó. La Cataluña de Maragall ha pasado página respecto al pujolismo. En los últimos 23 años se han consolidado las instituciones de autogobierno y los catalanes no han sido "un problema para España, pero tampoco" le han propuesto "nada nuevo".
"No haremos ningún discurso estridente ni en un momento de arrebato, sino que avanzaremos cada día con espíritu positivo", y ello a pesar de que, a juicio de Maragall, no vienen tiempos fáciles. Se plantean retos importantes como "el debate del nuevo Estatut; entramos en uno de los años más decisivos de nuestra historia moderna", subrayó el presidente. El momento, pues, obliga a que "Cataluña explique y haga valer su voluntad colectiva ante las instituciones del Estado y del conjunto de los pueblos". La carta de navegación para la búsqueda de cohesión en esa nueva singladura política debe llegar de la mano, a juicio de Maragall, del patriotismo civil. Se trata de sumar elementos como la mejora de la sanidad, de la educación o la transparencia en la gestión de la Administración. "Este es el nuevo patriotismo que frecuentemente reclamo; el de todos los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña sin exclusiones, el de los hombres y mujeres que sienten su país como un país de libertad, de paz, de justicia, de progreso, de fraternidad; la auténtica patria está allí donde estos valores se hacen realidad".
El patriotismo civil que enuncia el presidente de la Generalitat tiene referentes fuera de Cataluña. Por eso en el discurso de Maragall no faltaron alusiones a otros 11 de septiembre trágicos. Especialmente el de 1973, cuando un golpe de Estado acabó con el Gobierno democrático de Salvador Allende en Chile. "Muchos catalanes nos sentimos implicados. Un sacerdote gerundense, Joan Alsina, fue asesinado allí", recordó el presidente, que el año pasado acudió precisamente a Chile para honrar la memoria de las víctimas de ese golpe capitaneado por el general Augusto Pinochet.
En esa cara trágica del presente tampoco faltaron alusiones al "terrible impacto del atentado de Madrid o a los acontecimientos de Irak, de Palestina, de Israel o de Osetia del Norte". "Nada de lo que pasa nos es extraño. Todo liga en un mundo más dramático pero también más consciente", dijo, y convocó a la ciudadanía a luchar contra el fanatismo, la pobreza, el terrorismo, y a arropar con su abrazo a sus víctimas.
