Muere un trabajador en la explosión en una caseta de la pirotecnia Portugués de Valencia
El operario, de 46 años, manipulaba carcasas de castillos artificiales para embalarlas
José Rafael Berenguer Benítez, de 46 años, vecino de Natzaret, barrio de Valencia, murió ayer poco antes de las 9.00 cuando se produjo una explosión en la caseta en la trabajaba embalando carcasas en la pirotecnia Portugués, en Vilamarxant. La empresa tenía los permisos de manipulación y almacenamiento de explosivos. La última revisión la superó el pasado seis de abril. La Guardia Civil investiga las causas del siniestro. Inicialmente, descartó que la deflagración de los 20 kilos que aproximadamente había en la caseta fuera consecuencia de la tormenta de la noche anterior.
Una patrulla de la policía local de Vilamarxant sintió un temblor en el coche mientras escuchó una tremenda explosión cuando circulaba por una camino próximo a la pirotecnia. Todo apuntó a la empresa Portugués, SL. Cuando llegó a las instalaciones de la empresa alertó a Guardia Civil y efectivos sanitarios. Uno de los trabajadores, de los cinco que componían la plantilla, había "reventado", según fuentes policiales, por la explosión. El impacto se sintió en casas de Chiva.
El fallecido era un operario con 27 años de experiencia. Fue contratado por Pirotecnia Portugués después de haber trabajado con Brunchú. Ayer, llegó pasadas las 8.30 a la caseta en la que manipulaba los explosivos. Su tarea era empaquetar las carcasas para un castillo de fuegos artificiales y meterlas en unas cajas. La deflagración de los alrededor de 20 kilos de pólvora que había en la caseta, según el parte de la Guardia Civil, redujo a escombros la dependencia y esparció a más de 20 metros restos de la tierra y las piedras que sirven de soporte y elemento de seguridad para la instalación. Para evitar que una explosión se desplace horizontalmente y afecte a otras casetas, cada una de ellas tiene un ligero techo y un montículo de tierra en un lateral, de forma que la deflagración se desplace verticalmente, como si fuera una chimenea.
Cristóbal, compañero del fallecido, estaba unos metros más abajo. Su primera reacción fue agacharse. "Enseguida vi el fuego y corrí con una de las mangueras que tenemos a apagarlo. José estaba roto del impacto. Esto ha sido horrible, era como un tío para mí. Nunca nos había pasado algo así aquí", dijo. Pirotecnia Portugués lleva trabajando casi 40 años. En su expediente no consta ningún accidente mortal. La Delegación de Gobierno, de la que depende la inspección y autorización para el almacenamiento y la manipulación, informó tras el siniestro de que la última inspección se hizo el pasado seis de abril, de que todo estaba en perfectas condiciones y de que el almacenamiento máximo de material permitido es de 9.160 kilos. El Juzgado de Instrucción número cuatro de Llíria procedió al levantamiento del cadáver pasadas las 12.00. La Guardia Civil investiga las causas, descartando inicialmente que el accidente tenga que ver con la tormenta de la madrugada previa. A las instalaciones de la empresa se desplazaron familiares, el alcalde Vilamarxant, técnicos de minas y explosivos así como miembros de la saga Caballer.
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