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Expertos europeos en heroína buscan un tratamiento integral para los adictos

Piden que los programas de metadona incluyan más medidas sociales

Dispensar heroína o metadona no es suficiente para reinsertar a un heroinómano. El coordinador del estudio andaluz sobre la distribución de esta sustancia, Joan Carles March, se reunió ayer con dos de los principales expertos en adicciones de Alemania y Reino Unido para analizar los programas de tratamiento con metadona en los tres países y mejorar las medidas familiares, sociales, psicológicas y laborales para su rehabilitación.

Cuando un heroinómano se plantea dejar su adicción en Andalucía debe acudir a uno de los Centros Provinciales de Drogodependencias donde se valora su estado físico y psicológico y se decide si debe adherirse a un programa de tratamiento con metadona. Si el personal sanitario del centro da el visto bueno, el adicto es derivado a un centro de salud donde, según la periodicidad que los médicos estimen, se le suministra su dosis.

"Todos estos programas están excesivamente centrados en la sustancia", explica el coordinador del ensayo andaluz de dispensación de heroína, Joan Carles March, que relata cómo las especiales circunstancias de marginalidad y la falta de información de estos pacientes dificultan su acceso a otros programas sociales y psicológicos tendentes a su reinserción. "Nuestro ensayo de dispensación de heroína facilita a los participantes todos esas medidas de readaptación que sin embargo no llegan al resto de los adictos", dice March. "Estos enfermos tienen necesidades médicas, pero también de otro tipo", añade.

El científico se reunió el lunes y el martes con el responsable del programa de dispensación de heroína de Alemania, Heino Stöver, y con uno de los expertos europeos más reconocidos en los tratamientos con metadona, el británico Michael Farrell, con el fin de analizar el funcionamiento de estos programas en los tres países y tratar de encontrar buenas prácticas válidas para mejorar la situación de estos enfermos. La reunión se enmarca en un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea en el que además de la Escuela Andaluza de Salud Pública (donde trabaja March) trabajan la Universidad de Bremen y el King's College de Londres.

Una de las recomendaciones surgidas de la reunión es la creación de un profesional de referencia que atienda al toxicómano no sólo en lo relacionado con la prescripción y suministro de la metadona y sus controles médicos, sino que abarque también su situación sociolaboral, familiar, y psicológica. "Los médicos especializados en drogodependencias realizan un excelente trabajo y son muy valorados por sus pacientes, pero tienen dificultades para abordar las necesidades del paciente que escapan a su especialidad", concluye March.

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