Carretera M-501
Como usuario de la carretera M-501 he de manifestar que me encuentro cansado e intoxicado de oír y leer a través de los medios de comunicación informaciones relativas a las obras realizadas e informes medioambientales emitidos en su día, así como las promesas futuras e informes técnicos emitidos por personas que dejan mucho que desear.
La única verdad a mi juicio existente en todo esto es la de los intereses particulares de ciertos propietarios de cotos de caza y fincas existentes a los márgenes de la carretera a partir del kilómetro 21,8, de algunos promotores y constructores que ejercen poderes públicos en algunos municipios afectados así como de personas con intereses particulares en sacar tajada de las distintas actuaciones inmobiliarias.
No entiendo cómo se puede decir tantas tonterías ecológico-ambientales cuando se están destrozando millones de hectáreas en el resto de zonas de esta comunidad, aparentemente desprotegidas de la mano de Dios y ocultas a los ojos de los ecologistas.
Me pregunto si es posible que todas las lagartijas, lagartos, águilas y demás especies protegidas de esta Comunidad hayan migrado a esta zona -no sería de extrañar dada su belleza- y, si es así, si no estarían menos contaminadas y más tranquilas sin tantas emisiones de gas y ruidos provocados por las retenciones.
Estamos acostumbrados a soportar atascos y deleitarnos con el paisaje que adoramos, a pesar de que nos lo están destruyendo.
Más vale que todos los que dan su opinión conozcan la realidad, recorriendo esta carretera a diario y los fines de semana, disfrutando y padeciendo de sus ventajas e inconvenientes. Y recuerden que con proyectos como el plan de eliminación de puntos negros y acondicionamiento de la calzada, que en su mayor parte ha consistido en eliminar zonas de adelantamiento pintando la raya separadora, no se soluciona nada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.