Batasuna advierte al PNV de que va a elevar la "presión" sobre los electos que ocupan cargos "usurpados"

El inicio del último ejercicio de la legislatura va a traer aparejada una elevación de la presión radical sobre los ediles nacionalistas que ocupan escaños que la ilegalizada Batasuna entiende que corresponderían a las plataformas prohibidas en las elecciones de junio de 2003. Así cabe deducirlo de la advertencia transmitida ayer por el parlamentario de Sozialista Abertzaleak (SA), Joseba Permach, en respuesta a unas declaraciones del presidente de la ejecutiva del PNV, Josu Jon Imaz, que había avisado de que su formación no tolerará "ningún tipo de amenaza, extorsión o presión" a sus concejales.

Permach, cuyo procesamiento por integración en organización terrorista ha pedido al Tribunal Superior vasco el juez Baltasar Garzón, apostó ayer en Lizartza por aumentar la presión sobre "los centenares" de ediles de PNV, EA y Aralar que, a su juicio, "no representan la voluntad popular" y "son capaces de robar y usurpar lo que la ciudadanía decidió en las municipales". El parlamentario radical quiso "anunciar" que "la denuncia política y la presión política se tienen que ir acrecentando, tienen que ir a más en el próximo curso político" sobre esos cientos de concejales. Añadió que paralelamente van a luchar, "con más fuerza si cabe", contra el "apartheid al que nos está sometiendo el Estado, con la colaboración de PNV, EA, Aralar e IU".

El diputado realizó su advertencia precisamente en la localidad de Lizartza, cuya alcaldía está "ocupada" por el dirigente peneuvista Joseba Egibar. Permach la puso como ejemplo del lugar "donde las instituciones no representan la voluntad popular", manifestada en los votos a candidaturas prohibidas, "y no respetada por el resto de formaciones".

Por otra parte, un grupo de encapuchados lanzó en la parte vieja de San Sebastián octavillas firmadas por ETA en las que pide el boicot a un centenar de empresas que se niegan a pagar el llamado impuesto revolucionario. El grupo recorrió con el rostro cubierto la calle Fermín Calbetón después de concluir una manifestación de unas mil personas en reclamación de autodeterminación, en la que se oyeron, entre otros, gritos de "PNV español".