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Reportaje:

La fiesta de los monumentos

Barcelona acogió ayer la sesión inaugural para todo el continente de las Jornadas Europeas del Patrimonio El primer día de puertas abiertas registra un seguimiento desigual en Cataluña

Pocos habían reparado en las pequeñas joyas decorativas que esconde la abigarrada ornamentación del Palau de la Música Catalana. La ceremonia de lanzamiento para todo el continente de las Jornadas Europeas del Patrimonio 2004, que se celebró anoche en el auditorio barcelonés, sirvió para mostrar al público asistente, que llenó el Palau, los encantos ocultos de la obra maestra de Domènec i Montaner.

La elección de este escenario para inaugurar un evento divulgativo que quiere celebrar la riqueza monumental europea no pudo ser más acertada, porque el recinto modernista fue declarado por la UNESCO Patrimonio Común de la Humanidad en 1997. Un efectivo juego de luces desveló anoche con precisión hasta los adornos más nimios del edificio.

El acto estuvo presidido por la consejera de Cultura de la Generalitat, Caterina Mieras, y contó con la presencia del Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, del Director General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, Julián Martínez, de la secretaria adjunta del Consejo de Europa, Maud de Boer-Buquicchi, y de representantes de los 48 países que este año se suman a las jornadas. De Boer-Buquicchi pidió en nombre de la sociedad perdón a los niños por no haber sido capaz de construir un mundo mejor y rogó un minuto de silencio por las víctimas del ataque terrorista a la escuela rusa de Beslán.

Cataluña y Andalucía son las dos únicas comunidades autónomas españolas que participan en las Jornadas Europeas del Patrimonio desde que fueron fundadas en 1991 por el Consejo de Europa.

Un concierto del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana completó el programa de la inauguración, que puso un especial énfasis en la importancia de concienciar a la juventud sobre la necesidad de conservar el patrimonio heredado como una seña de identidad de las naciones. "El patrimonio cultural es un aspecto básico de la memoria colectiva", dijo en su parlamento la consejera Mieras. "Hemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para que los jóvenes aprecien y conserven el patrimonio".

Así, con la ceremonia del Palau quedaban lanzadas oficialmente en toda Europa las Jornadas del Patrimonio, que este año son seguidas en Cataluña por un total de 200 municipios. No obstante, muchas de las 300 actividades incluidas en la programación, todas gratuitas, ya estaban en marcha ayer por la mañana. Aunque en Europa el evento se alargará todo el mes de septiembre, en la comunidad autónoma catalana la programación se concentra en este fin de semana, e incluye visitas guiadas, conciertos, talleres infantiles, exposiciones, exhibiciones gastronómicas, ferias de artesanía, conferencias y jornadas de puertas abiertas en algunos museos.

Los jóvenes también fueron los protagonistas de uno de los actos más tempranos de la convocatoria. El Museo de Historia de Cataluña acogió el viernes la entrega de premios de la IX Experiencia Fotográfica Internacional de Monumentos, la contribución catalana a las Jornadas del Patrimonio, en la que participaron 32 países.

Las Jornadas tuvieron ayer un seguimiento desigual. En Bagà (Berguedà), unas 50 personas se acercaron al Centro Medieval y de los Cátaros, actividad propuesta por la localidad en el contexto de la iniciativa cultural. Más afluencia tuvo el recinto termal romano de Caldes de Montbui (Vallès Oriental), al que se acercaron unos 70 visitantes, a los que hay que sumar las personas que participaron en los talleres familiares en torno a la herencia artística de Manolo Hugué y Pablo Picasso. Cifras similares se repiten en un buen número de municipios catalanes, como en el recorrido por el antiguo barrio judío de Castelló d'Empúries (Alt Empordà).

El mal tiempo ha estropeado algunas de las citas. Así, la excursión programada por el municipio de El Bruc (Anòia) a la región montañosa de Agulles para ver los restos de la iglesia de Sant Pau Vell se suspendió porque los recientes aguaceros han hecho inaccesibles los caminos.

Una pareja visita la torre Codina de Badalona, en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio.
Una pareja visita la torre Codina de Badalona, en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio.JOAN GUERRERO

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