30.000 libros quemados

La ministra federal alemana de Cultura, Christina Weiss, declaró ayer en Weimar que "la memoria literaria de Alemania ha sufrido graves daños y un pedazo de la herencia cultural del mundo se ha perdido para siempre" al convertirse en pasto de las llamas unos 30.000 valiosos libros de los siglos XVI al XVIII. El desastre ocurrió en el incendio iniciado la tarde del jueves en la biblioteca de la duquesa Ana Amalia en la ciudad de Weimar, en el Estado de Turingia, al este de Alemania.

La biblioteca se fundó en 1691, fue declarada en 1998 por la Unesco patrimonio de la humanidad y cuenta con un fondo de un millón de ejemplares, entre los que destacan varios tesoros del periodo clásico alemán. Goethe estuvo a partir del año 1797 encargado de la administración de sus fondos. Entre las obras más valiosas se encuentra la mayor colección, de 3.900 ejemplares, de Fausto, la obra maestra de Goethe; 2.000 manuscritos medievales; 8.400 mapas históricos; una colección de biblias de los siglos XVI al XIX entre las que destacan una de Lutero del año 1543 y la primera en alemán que se imprimió en América; miles de ejemplares de obras de Shakespeare y manuscritos de Nietzsche.

Según las primeras estimaciones, estas obras no han sufrido daños, pero el edificio central donde se declaró el incendio contaba con unos 120.000 ejemplares, y de ellos se quemaron la colección de partituras musicales de la duquesa y unos 2.000 libros de historia de la música, así como la colección de libros del siglo XVIII del primer director de la biblioteca.

El incendio pudo extinguirse después de tres horas, pero ayer por la tarde se advertían puntos aislados todavía humeantes.

El dato de que estaba en marcha la mudanza de la biblioteca añade una nota de perversidad al desastre. Ya había comenzado el traslado del millón de libros a un almacén subterráneo y estaba previsto que a mediados de noviembre estaría concluida la mudanza de las obras más valiosas.