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Entrevista:COLUM McCANN | Escritor

"Rudolf Nureyev fue un vagabundo internacional"

Consentido, afectado, testarudo, grosero. Son algunos de los adjetivos que Colum McCann (Dublín, 1965) dedica al bailarín Rudolf Nureyev cuando intenta definir su personalidad en pocas palabras. McCann publica El bailarín (RBA), en la que recrea la vida de Nureyev con intensidad y lirismo y que al mismo tiempo sabe ahondar en aspectos como la guerra fría, el exilio o la soledad del perfeccionista.

Colum McCann llega, se sienta y empieza a hablar. A pesar de vivir en Nueva York, su origen irlandés se percibe en cada una de sus frases, en esa facilidad por enlazar historias y cautivar al oyente, al lector. Las preguntas son casi innecesarias y en sus palabras se adivina esa tradición oral presente en obras como Al otro lado de la luz o Todo lo que en esta tierra debe morir, publicadas hace unos años por Muchnik Editores. Por eso sorprende que haya dedicado su nueva novela a trazar un perfil ficticio de Rudolf Nureyev. "No es tan extraño", replica el autor, "Nureyev fue uno de esos vagabundos internacionales, esa gente que puede estar en cualquier parte. Me interesa esa gente que está siempre buscando un hogar donde quedarse, un lugar físico o quizá más etéreo, como la danza. Es una característica que agrupa a muchos de mis personajes".

"Empecé 'El bailarín' porque me gusta escribir sobre lo que no conozco"

La idea inicial de escribir sobre Nureyev nació en Irlanda: "Un amigo irlandés que vive en Brooklyn me contó esta historia de su infancia, en los años setenta: vivía en un barrio muy pobre de Dublín; cada noche, cuando su padre llegaba borracho a cenar, solía pegarles a él y a sus hermanos. Una noche, sin embargo, el hombre llegó con un televisor. Todos estaban muy contentos, pero cuando lo conectaron, no conseguían ver nada más que nieve. El padre se sintió tan frustrado que esa noche les pegó más fuerte que nunca. Un par de días más tarde, mi amigo Jimmy conectó un cable y entonces en la pantalla apareció la imagen de Nureyev bailando. Aún hoy en día, mi amigo tiene fotos de Nureyev en las paredes de su casa...".

McCann quedó fascinado por la forma en que Nureyev entró en esa vida anónima y pensó que debía haber montones de testimonios parecidos, que conformaran una especie de biografía en la sombra.

Al principio, McCann decidió no hablar con nadie que hubiera conocido personalmente a Nureyev y leer en cambio las biografías existentes del bailarín: "Todas suelen empezar con la idea de que Rudi nació en un tren, o bien con su defección de la Unión Soviética, o bien con su muerte por sida". Su aproximación, decidió, debía de ser menos biográfica, más novelística y coral, de forma que el retrato de Nureyev en El bailarín se consigue por acumulación: el lector lee las cartas y diarios de la estrella; conoce episodios de la vida de sus padres, de su hermana en la Unión Soviética, de su primera maestra; asiste a momentos de su vida en los escenarios, con su eterna compañera de baile Margot Fontayne... Las aproximaciones íntimas conviven con la imagen de Nureyev como mito viviente.

El bailarín, pues, es sobre todo una apuesta por la ficción "más absoluta". "Si empecé la novela es porque me gusta escribir sobre lo que quiero conocer, sobre lo que no conozco y me atrae y, al mismo tiempo, quería cuestionarme la noción de no ficción, tan de moda en nuestros días". El tratamiento coral, además, ayudaba a evitar los tópicos, que suelen florecer en las biografías al uso. "En este sentido, yo no tenía ninguna responsabilidad como gay -soy heterosexual-, o como ruso exiliado, o como bailarín, lo que quería es que todo tipo de gente pudiera acercarse a él".

Este lado ficticio, admite Colum McCann, es mucho más difícil de plasmar en una película que en una novela. Tras seis meses de trabajo, acaba de terminar el guión para la versión cinematográfica del libro, que dirigirá Wayne Wang. "La acción transcurrirá en 24 horas en Nueva York, reproduciendo un capítulo del libro, y la vida anterior y posterior de Nureyev aparecerá en diversos flashbacks y saltos hacia delante". De momento, todavía no hay actores, pero McCann juega a hacer su propio cásting: "Daniel Day-Lewis sería un Rudi excelente".

Colum McCann, en Barcelona.
Colum McCann, en Barcelona.MARCEL.LÍ SÁENZ

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