La vuelta
Se acabaron las vacaciones. Unas vacaciones extrañas. Muchas personas, en lugar de descansar, han trabajado para disminuir los daños que provocan unos pocos. Fuego en el Berrocal. Más fuegos en Jaén. Vuelve a arder Riotinto. Dos muertos. Más de 40.000 hectáreas quemadas. Eso si miramos nuestro bosque mediterráneo. Si miramos la construcción los trabajadores se matan en el tajo como sin querer. Málaga se lleva la antorcha en siniestros. La violencia de género tres cuartos de lo mismo. Cuarenta y tres muertes en lo que va de año. Un desastre de verano por mucho que algunos hayamos descansado. Otros no. Y lo que es peor. Todo con la firma del hombre. Intencionada, unas veces. Negligente, otras. Además este peor se rentabiliza políticamente. Se confunde. Se reinventa el engaño. Se dice que el desastre del Prestige es menos desastre que el de Berrocal. Por lo visto es lo mismo tratar de disminuir el daño, que causan unos delincuentes, que agravarlo con medidas desafortunadas que se tapan con mentiras. Y se insiste. Los políticos del PSOE-A están de vacaciones. No están en el tajo. Parece como si los tiros de Fraga en tiempos del Prestige los diera en Muxía contra el chapapote y no en un coto de la Mancha. Preocupante esta resistencia a decir la verdad. Preocupante porque lo hacen con mucha naturalidad. Ejemplos no faltan. Unos dirigentes que buscan el centro en cuatro ocasiones y cuando lo encuentran se visten de Schwarzenegger, se van a las Azores y lo tiran, no son muy moderados. Un grupo, en el que siguen estando algunos de los que exigen que el presidente de esta comunidad no repita mandato porque lleva muchos años y, sin sonrojarse, toman como delfín para Galicia a D. Manuel que no está ya para mucho trotes -y de galopes no hablemos-, tampoco están por la coherencia. Unos dirigentes que siguen cobijando a Trillo, después de las mentiras en el caso del Yak-42, están despreciando la verdad.
Esperemos que tanta mediocridad, tanta mentira y tanta incoherencia, dejen paso a la eficacia y a la transparencia. A lo mejor, de esta forma, en el próximo verano los fuegos serán sólo artificiales. Un curso hay para lograr que, al igual que los accidentes de trabajo han bajado en estos dos meses, también puedan hacerlo los siniestros forestales, los laborales y la violencia de género.
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