Las exportaciones y el freno del consumo rebajan al 2,6% el crecimiento

La economía española avanza con menos vigor que a principios de año. El producto interior bruto (PIB) creció un 2,6% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo de 2003, una décima menos que entre enero y marzo. El deterioro del sector exterior, que resta 1,3 puntos, unido al estancamiento del consumo, principal motor de la economía, explican esa desaceleración. Remonta, sin embargo, la inversión en bienes de equipo, que avanza un 4%. El Ministerio de Economía admitió ayer que, para alcanzar el objetivo del 2,8%, el crecimiento deberá coger mayor ritmo en lo que queda de año.

España sigue creciendo por encima de la media de la zona euro (2%), aunque cada vez con menos intensidad. Entre marzo y junio, el PIB creció medio punto respecto al trimestre anterior y un 2,6% en relación con el mismo periodo de 2003, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ambas cifras son inferiores a las precedentes (0,7% y 2,7%, respectivamente), que han sido revisadas una décima al alza tras introducir el INE nueva información en la contabilidad nacional. Hace un año, la economía crecía al 2,5%.

El consumo de los hogares, que aporta un 60% al PIB, avanza un 3,2%, una décima menos que en el trimestre anterior. La composición de este gasto, principalmente basado en los bienes duraderos, ofrece pistas sobre el modelo en que ha descansado la economía española en los últimos años: la renta familiar es insuficiente para financiar el consumo, por lo que se recurre al endeudamiento, habitual para adquirir bienes duraderos. El gasto en servicios, sin embargo, refleja una "suave atenuación", según el INE.

La otra pata que sostiene el crecimiento, la construcción, también reduce una décima su expansión, hasta el 4,2%. Esta actividad se centra principalmente en las infraestructuras, lo que refuerza la idea de que la construcción residencial pierde peso en el crecimiento.

Modelo agotado

Frente al menor empuje de estos dos elementos, llama la atención este trimestre la recuperación de una de las partidas más renqueantes del PIB: la inversión en bienes de equipo. Se trata de la inversión más productiva, que ha pasado de caer cuatro décimas en el trimestre anterior a dispararse un 4%. Este dato sirve al secretario de Estado de Economía, David Vegara, para anticipar un "cambio en las pautas de crecimiento" de la economía española, con mayor peso de la inversión y el sector exterior junto a una menor dependencia del consumo y la construcción. Algunos expertos consideran demasiado aventurado certificar ese cambio de tendencia, aunque admiten que el modelo anterior arroja síntomas de agotamiento.

Y es que el sector exterior no ofrece demasiados motivos para el optimismo. En un momento en que el comercio mundial crece el 10%, las exportaciones españolas avanzan un 4,7%, frente al 8,1% de las importaciones. Esta brecha entre ambas magnitudes determina un peor comportamiento del sector exterior, que resta 1,3 puntos al crecimiento, frente a 0,9 puntos el trimestre anterior. Ese deterioro se ve compensado con una mejor aportación de la demanda interna (3,9).

La desaceleración del crecimiento aleja el objetivo que se ha marcado el Gobierno de lograr un 2,8% en el conjunto del año. El propio secretario de Estado admite las dificultades: "Para alcanzar el 2,8% es necesario que en los dos próximos trimestres haya más crecimiento que ahora", pese a lo que mantienen las previsiones.

También el empleo avanza una décima menos que el trimestre anterior, el 2%, porcentaje equivalente a 323.000 empleos netos a tiempo completo. Sólo la construcción y los servicios muestran tasas de crecimiento, frente a las caídas en agricultura, industria y energía.

Los datos del crecimiento le parecen al Partido Popular un signo de "desconfianza" hacia el PSOE, en palabras del portavoz adjunto del grupo parlamentario popular, Vicente Martínez Pujalte. Comisiones Obreras duda que la economía avance un 2,8% a final de año. Tanto esta formación como UGT piden al Gobierno políticas económicas que equilibren el patrón de crecimiento. Las Cámaras de Comercio atribuyen el frenazo al sector exterior.