Contra la "ostentación" de signos religiosos
La llamada ley contra el velo o pañuelo islámico es, en realidad, una ley "contra el uso en escuelas, colegios e institutos públicos de signos o indumentarias a través de las cuales los alumnos manifiestan ostensiblemente sus convicciones religiosas". Fue votada el pasado 15 de marzo y entrará en vigor a partir de mañana, cuando los escolares vuelvan a sus centros.
La necesidad de la ley se hizo evidente ante los problemas de interpretación con que se encontraban los responsables de los institutos o colegios. El reglamento no consideraba "incompatible con el principio de laicidad" del Estado el que los alumnos manifestasen de manera simbólica sus creencias religiosas, pero también decía que esos signos o símbolos podían ser prohibidos si eran "ostentosos"o "alteraban el orden público".
Los alumnos católicos o judíos han encontrado, tradicionalmente, acomodo en la escuela pública francesa. En algunas regiones o ciudades hay centros confesionales privados que permiten a los padres que lo desean educar a sus hijos de acuerdo con una exigencia religiosa precisa. Esa misma libertad también existe para las escuelas musulmanas, pero éstas son más recientes, escasas y el sector de población que pudiera estar interesado en ellas dispone de menos recursos económicos y de un déficit de integración social.
El velo o pañuelo islámico pasó a convertirse en problema en Francia en 1989, cuando dos alumnas lo transformaron en arma de guerra hasta forzar su exclusión del sistema educativo. Desde 1905, año de la ley que impuso la estricta separación entre Iglesia y Estado, los locales públicos -y sus funcionarios- tienen prohibido exhibir cualquier tipo de signo religioso. Entre los valores básicos de la República Francesa figura la laicidad, que exige que la religión quede al margen de cualquier utilización por parte del Estado, que se limita a reconocer la libertad de culto.
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