La parte maldita
De entre todas las mujeres del mundo que no serán reinas de España, la de la foto no lo será por derecho propio. Cada día de su vida se levantará de la cama para no reinar, para no veranear en Mallorca, para no montarse en el Azur de Puig. Y cuando se dirija a una sesión fotográfica, pues se trata de una excelente modelo, estará a la vez no haciendo un viaje oficial a Alemania, no cenando con un jefe de Estado, no recibiendo a una delegación de odontólogos en los jardines de palacio. En cuanto a sus hijos, si algún día los tiene, no serán agredidos por Froilán, ni jugarán al balonmano con Undargarín, ni serán vestidos por Marichalar. No, no, no, no. La vida está llena de noes. Hay más noes que síes, de ahí que el funcionamiento de la realidad dependa de los primeros más que de los segundos.
Digo esto porque al tropezar esta mañana con la foto de Eva Sannum entre mis recortes de periódico, me he acordado de un libro (no recuerdo el título) que contaba la historia de la ciencia desde el punto de vista del error. Por lo general, las historias de cualquier disciplina transmiten la idea de que su edificio se ha ido construyendo al colocar, en el transcurso de los años, un hallazgo sobre otro, a modo de una pila de ladrillos. Falso. Según el libro en cuestión, los fracasos han sido más importantes que los éxitos en el progreso científico. Esa mirada, que carga el acento en el no antes que en el sí, es aplicable a todos los demás aspectos de la vida. Para que usted lea estas líneas, como para que yo las escribiera, fue preciso que millones de espermatozoides se quedaran a medio camino y no fueran capaces por tanto ni de escribirlas ni de leerlas. Bataille habló con fascinación de esa "parte maldita" en un libro memorable. Repare usted en la semilla que acaba de entrar volando por la ventana, para pudrirse debajo de su cama, y piense en ella como lo que no será. No será una raíz, no un brote, no un árbol, no un leño para la chimenea de un escritor que tampoco escribirá su obra maestra al calor de esas llamas inexistentes.
Fantástico, ¿no? El 75% del universo está constituido por una materia oscura gracias a la cual el universo continúa en expansión. Eva Sannum, junto a otras mujeres que aparecían en el mismo reportaje del que obtuve esta foto, es la materia oscura de la Monarquía española. De no haber existido ella y la Sartorius y la Howard, y tal vez otras muchas de las que usted y yo no tenemos noticia, quizá el príncipe Felipe continuara soltero, con los quebraderos de cabeza que esa situación proporcionaba a su árbol genealógico. Eva es la materia oscura de la monarquía como Borges es la materia oscura del Premio Nobel, que nunca recibió.
Intenten mirar las cosas desde el lado de la parte maldita y verán cómo se modifica su percepción de la realidad. Piensen que gracias a lo que ustedes y yo no seremos nunca, gracias, en suma, a nuestras frustraciones, no quiebra la Seguridad Social (me hago cargo, no crean que no, de que puede resultar chocante llamar materia oscura, incluso parte maldita, a una mujer con esa sonrisa tan inteligente). Viva el fracaso.
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