Sanciones suaves para los tramposos

La Comisión Disciplinaria de la Liga de Fútbol italiana condenó ayer a penas muy benévolas a los acusados de amañar resultados de partidos, en beneficio de casas de apuestas clandestinas, durante el pasado curso. No hubo descenso a una categoría inferior para ninguno de los equipos implicados, Modena, Siena y Sampdoria, pese a las peticiones de los fiscales.

El Modena, que descendió a Segunda en mayo, se mantendrá en esa división, aunque comenzará la Liga con cinco puntos negativos por "responsabilidad objetiva" de los directivos en el asunto. El ex portero Antonio Marasco, que ya había colgado las botas, fue sancionado con tres años de descalificación por actuar como contacto entre los apostadores y otros futbolistas. El Siena deberá pagar una multa de 37.000 euros. Su guardameta, Generoso Rossi, que participaba en el arreglo de los resultados y apostaba sobre seguro, fue descalificado por un año. Otro jugador del club, Roberto D'Aversa, fue apartado del fútbol por seis meses. La sanción al ex entrenador Giuseppe Papadopulo fue de cinco meses. La Sampdoria sufrió una multa de 15.000 euros. Uno de sus jugadores, Stefano Bettarini, fue sancionado con cinco meses por conocer la comisión del delito y no denunciarla. El Chievo y varios jugadores del Como y el Pescara resultaron absueltos.

En su sentencia, los magistrados indicaron que todos los indicios reflejaban "la falta de escrúpulos de los apostadores, que sin embargo disfrutaban de la confianza de los futbolistas". La Comisión Disciplinaria recordó que había juzgado delitos muy similares 24 años atrás, y que en ese tiempo el fútbol italiano sólo había cambiado "para empeorar y degenerar todavía más". Un antecedente histórico: Paolo Rossi, el delantero del Juventus, fue sancionado con dos años sin jugar acusado de amañar partidos. Y, tras cumplir la pena, fue convocado para el Mundial 82 en España, donde fue máximo goleador y campeón del mundo.

Tras la publicación de la sentencia de ayer se anunció una avalancha de recursos, de los condenados y del Perugia. Este club, que descendió a Segunda en mayo, estaba convencido de que el descenso de alguno de los clubes encausados le permitiría regresar a la División de Honor, y había hecho inversiones en consecuencia.