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Crónica:Atenas 2004 | VOLEY PLAYA: SIN POSIBILIDADES EN LA FINAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Voley plata'

Ricardo, el gigante de Brasil, deja la proeza de osma y Herrera en un dignísimo subcampeonato olímpico

España se quedó de plata ante la mejor pareja del mundo, especialmente ante Ricardo, el gigante brasileño, que dejó la hazaña en el subcampeonato. Fue imposible para Javier Bosma y Pablo Herrera parar los remates, bloqueos, dejadas, todo, de una muralla de dos metros, imparable. Emanuel, su compañero, espléndido colocador y saltador, apenas tuvo que intervenir. No se notó. Ricardo remató 35 veces y logró 26 tantos frente a sólo siete y cuatro de su compañero. Los números de Bosma fueron incluso mejores que los del segundo brasileño: 15 y 11. Pablo, en cambio, no tuvo su noche: 17 y sólo seis remates logrados.

La pareja española tenía esperanzas de que la presión por ganar bajara el ritmo de los brasileños, pero nada de eso sucedió. Empezaron a todo tren y sólo mediado el primer set un 8-7 en el marcador hizo albergar esperanzas de que reconducir el partido era posible. Bosma y Herrera mejoraron los bloqueos y el remate, pero duró poco. Los errores de los brasileños fueron mínimos y Ricardo volvió a machacar como un martillo pilón. Algunos de sus remates fueron libres de bloqueo ante la superioridad en la colocación previa de Emanuel. Pero otros entraron entre los brazos de los dos españoles como el cuchillo en la mantequilla. El 21-16 de la primera manga fue el principio del fin. En la segunda nada cambió, salvo algún otro fallo aislado, incluso de Ricardo, que se permitió hacer también tantos de saque y dejadas. Pero pronto se escaparon de nuevo y los parciales de 6-2, 9-3, 14-8 y 19-13 evidenciaron la comodidad del 21-15 definitivo en otra veintena de minutos. Asunto liquidado.

Esperaban que la presión por ganar bajara el ritmo de los rivales, pero nada de eso sucedió

Pero la derrota no puede empañar el segundo puesto extraordinario de Bosma y Herrera. El éxito ha sido el bálsamo para los malos tiempos del voleibol de pista español, envejecido y sin visos de renovación fácil. Rafa Pascual y un reducido grupo de jugadores no pudieron clasificar al equipol para los Juegos. La frustración final fue incluso en Madrid, en el Preolímpico, la última oportunidad de repesca. Hasta en la Liga Mundial el equipo es un comparsa. Ha tenido que haber un trabajo de renovación magnífico en la playa para que hubiera una compensación en el deporte de la red.

Porque la medalla no es sólo de Javier y Pablo. Hay dos personas detrás, fundamentales. Viejos lobos del voleibol que pusieron su varita mágica sobre la playa. Dos nombres históricos del voleibol español: Sixto Jiménez y Jaime Fernández Barros. Éste ha vuelto como jefe de misión a Atenas, tras el paréntesis de Sidney, donde no estuvo porque después de Atlanta no admitió el absurdo federativo de que se abandonara Arona, en Tenerife, y se viniera a Madrid. Allí, entre Sixto y él montaron el Centro de Tecnificación, que más tarde recibió ayuda del Consejo Superior de Deportes. Sixto, de una generación posterior, incluso fue diploma olímpico con Bosma en Atlanta 96. "Él ha trabajado más que yo. Es el entrenador personal y yo superviso", dice Jaime.

Con vistas a Atenas, la federación volvió a recurrir a éste para que reorganizara el voley playa. Y encontró a Pablo, al que vio en los Campeonatos de España, como a Raúl Mesa, el otro joven del futuro con el que formará pareja, pues para Bosma, al borde de los 35 años, ésta ha sido su despedida en la gloria. Mesa y Herrera hace poco más de 15 días que ganaron el Campeonato de Europa sub 23, toda una garantía de futuro para un deporte cuyo presente tiene el brillo de la plata de ley.

Javier Bosma (a la izquierda) y Pablo Herrera saludan con sus ramos al público desde el podio.
Javier Bosma (a la izquierda) y Pablo Herrera saludan con sus ramos al público desde el podio.

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