Llanto por Quintanilla
Esperaba que el actual presidente del Gobierno dirigiera a sus discípulos el tradicional Sermón de Fin de Vacaciones, para poder lanzarme a esa labor que toda cronista debe realizar tarde o temprano: valorar, aquilatar, sopesar, contrastar y, sobre todo, comparar; o sea, Sumergirme en la Hemeroteca para hozar en los lodos de antaño. Así que me fui al archivo informatizado de este periódico, a la caza de contrastes. Escribí "Aznar" en el buscador (Word Correct puso "Ansar"; creo que recibe órdenes de Más Arriba), añadí "Menorca" (WC corrigió: Menoría; él sí que sabe) y me salió la plática de quien, a finales del Pasado (agosto), se dedicó a poner a parir, en tono ácido (el Tono Único) a toda la clase política menos la suya. Entre otras cosas, el entonces jefe del Gobierno afirmó que "el PSOE camina a toda marcha hacia la inconsistencia política, hacia la nada programática, hacia la irrelevancia propia de quienes no tienen ninguna posición política propia, sino tan sólo ambición de poder". ¡Oh, Isaías! ¡Oh, Eliseo, oh, Ezequiel, oh, Elías!
Los casorios heterosexuales me aburren, pero a los otros pretendo asistir y hasta deseo de Dama o Damo de Honor
Nuestro hogaño ciudadano Josemari aprovechó tal ocasión, asimismo, para reafirmarse en su Pensamiento (posteriormente Fané), que tanto allanaría el camino de su sucesor: "No hay diferencias entre volar la sede de la ONU para que vuelva Sadam o volar una casa cuartel de la Guardia Civil para que el País Vasco se convierta en coto cerrado de los totalitarios". A eso se le llama adelantar sin esfuerzo las líneas generales de la actitud que el entonces Gobierno sostendría tras el 11-M.
Paraliza pensar que se encontraba al borde del abismo y sólo le faltaba por dar un pequeño paso hacia adelante.
A mí aquel hombre me daba estopa hasta la extenuación. Cuando te acostumbras a algo semejante y lo pierdes, te sientes como si a Mel Gibson le hubieran cortado el suministro de hemoglobina en pleno rodaje de lo de Cristo. Desorientada. Máxime considerando que, tras su desahogo verbal en la bella isla balear, el hoy ciudadano enfilaba el bigote hacia Quintanilla de Onésimo (por una vez, con gran sensatez, mi Correct ha escrito Enésimo; estoy por permitírselo), a darles unas cuantos mandobles a las fichas de dominó; y al convento de Santo Domingo de Silos, do folgaba en el largar y en el disertar, aprovechando el forzoso silencio de los piadosos frailes.
Por cierto: me cuentan que las Baleares han resultado, en general (y no sólo en Real Cosa) de lo más entretenidas este año, con el ministro José Bono paseándose como Churchill por Formentera, y con el ex Narcís Serra interpelando simpáticamente a Jorge Dezcallar, en animada soflama contra la diplomacia del Periodo Glaciar recién fundido.
Desaparecido el Fútil Consistente, decía, procedo a afrontar, gracias al Ambicioso Irrelevante que hoy nos gobierna, un futuro lleno de bodas. Porque a mí los casorios heterosexuales me aburren, los tengo muy vistos, pero a los otros pretendo asistir, y hasta deseo ejercer en dichas ceremonias de Dama o Damo de Honor, según se tercie, que para eso una es Sexualmente Indescriptible. Va a ser un sin vivir de bodorrios, ya lo verán. Si yo fuera Otra Torres (la heredera de Salones Torres de Bodas y Bautizos); más: si yo fuera Otra Otra Torres (la heredera de los Torres de la priva), ya habría denunciado al anterior Gobierno por impedir que me forrara con los festejos de los matrimonios gays. Abramos una comisión pública y laica.
Pero, ¿qué va a hacer la parte más Carca (adoro esa palabra, pronunciada por presidenciales labios en apacible encuentro menorquín con adeptos y, me dicen, unos cuantos ex ministros socialistas en la retaguardia, incluidas Rosa Conde y su Voz) de la Iglesia? ¿Cuál va a ser su reacción?
¿A qué dedicará su tiempo libre? ¿A defender a Pederastia numantinamente o a atacar a Igualdad denodadamente?
¿Y qué hará con Paritaria la cúpula Parasitaria? Se admiten apuestas mutuas.
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