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Un mercenario confiesa un intento de golpe en Guinea Ecuatorial

El juicio contra 14 supuestos mercenarios, ocho surafricanos y seis armenios, arrestados en marzo en Guinea Ecuatorial por una tentativa de golpe de Estado, se abrió ayer en la capital, Malabo. El que es considerado jefe del grupo, el surafricano Nick du Toit, reconoció durante la vista haber participado en la preparación del golpe porque le habían prometido "una gran cantidad de dinero".

"La única razón por la que acepté fue porque quería continuar con mis negocios aquí. Hay muchas posibilidades en Guinea Ecuatorial", dijo Du Toit, quien montó una empresa de transportes en el país africano a finales de 2003. Junto a los mercenarios, se sientan en el banquillo de los acusados cuatro ecuatoguineanos, entre ellos el antiguo viceministro de Planificación y Desarrollo Económico, Antonio Javier Nguema Nchama, cuya supuesta implicación se desconocía hasta ayer.

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Los ocho surafricanos y seis armenios están acusados de formar una avanzadilla, a la espera de otros 70 mercenarios, que fueron detenidos también en marzo en Zimbabue y cuyo juicio en Harare ha sido aplazado hasta el 27 de agosto.

El fiscal general del Estado, José Olo Obono, pidió la pena de muerte contra Du Toit, y entre 26 y 86 años de cárcel para los otros acusados. Un funcionario del Ministerio de Información, Minko Mezui, afirmó, sin embargo, ayer que: "El presidente aseguró que no se enfrentan a la pena de muerte, que se aplica, según él, cuando el crimen se ha llevado a cabo, no cuando los acusados están todavía en la fase de planificación".

Opositor en España

El abogado de Nick du Toit, Fernando Mico, pidió, por su parte, una pena de siete años de cárcel contra su cliente, al considerarle como un "simple ejecutor" de la operación. El cerebro del golpe, según la acusación, es el opositor en el exilio en España Severo Moto, cuya extradición ha rechazado Madrid. El fiscal también citó a tres empresarios británicos, Elie Khalil, Greg Wales y David Hart, como los que supuestamente financiaron la operación. El abogado de los armenios, Polciano Mbomio, pidió la liberación de sus clientes y tachó la versión de la fiscalía de "relato ficticio".

Los 14 mercenarios llegaron esposados y visiblemente cansados a una sala de congresos de Banapa, en las afueras de Malabo, donde, de forma excepcional, se desarrolla el juicio. Un centenar de personas asistieron a la primera audiencia, entre ellas, representantes de ONG como Amnistía Internacional (AI), y miembros del cuerpo diplomático en Guinea Ecuatorial. El fin del juicio está previsto para el miércoles, y la decisión del tribunal para el 30 de agosto, indicó la abogada del Estado ecuatoguineano Lucie Bouthoumieux.

El grupo detenido el 6 de marzo estaba formado por 15 supuestos mercenarios, pero, uno de ellos, un ciudadano alemán, murió en detención, oficialmente, de una crisis de paludismo cerebral. Según AI, murió "aparentemente, a consecuencia de torturas".

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