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Reportaje:ESCAPADAS | Sierra de la Demanda

Donde sopla el espíritu

Un paseo por los montes riojanos que fueron cuna de san Millán, del idioma español y del poeta Berceo

Sinaí, Fujiyama, Olimpo, Tíbet... Las montañas son, parafraseando a Barrés, "lugares elegidos desde toda la eternidad para ser la sede de la emoción religiosa, donde nuestra naturaleza profunda produce su mejor poesía, donde sopla el espíritu".

Uno puede ser un tipo incrédulo, incluso un ateazo militante, pero, repasando la lista de santos, poetas, actuaciones estelares de las musas y sucesos paranormales que se han dado en el reducido espacio de la sierra de la Demanda, ha de reconocer que, en estos montes riojanos, el espíritu, o lo que sea, se ha dejado los pulmones.

En 473, en Berceo, nació san Millán, fundador del monasterio de Suso, el más antiguo de España. En 1000, en Cañas, lo hizo santo Domingo, que antes que de Silos (Burgos) fue prior de este cenobio riojano. Para entonces ya se habían escrito aquí, a finales del siglo X, las Glosas emilianenses, primer texto en castellano.

La aldea de Turza ha sido recuperada con amor y piedra por los hijos de quienes se fueron

Y de Berceo, como Millán, era el maestre Gonzalo (siglo XIII), quien también en Suso se marcó por arte de cuaderna vía las primeras poesías en cristiano. Si este cúmulo de tipos y sucesos extraordinarios no da para abrir un expediente X, que venga Dios y lo vea. Para acercarse a San Millán de la Cogolla -al monasterio de Suso y al de Yuso, del que luego se hablará-, hay una carretera muy buena por la que suben desde Santo Domingo de la Calzada los autobuses abarrotados de turistas, pero esto es matar el alma de este montuoso lugar, elegido por el espíritu -o lo que sea- para el retiro, la meditación y la poesía, y no para ser tomado al asalto mientras la bocina del autocar toca La cucaracha.

Mejor llegarse desde el vecino valle de Ezcaray, atrochando a pie por los montes de Suso, siguiendo la escondida senda por donde han ido los Millanes, Domingos, Berceos y demás Robinsones que en la Demanda han sido. Muy temprano, pues la marcha es larga, el excursionista sale de la villa de Ezcaray caminando por la avenida de Navarra en dirección a Valdezcaray y, nada más cruzar el río Oja, rodea por la izquierda la antigua estación del ferrocarril -rehabilitada como restaurante- para tirar monte arriba por la calleja de tierra señalizada con trazos de pintura blanca y roja que remonta el arroyo de Turza. ¡Y qué dulce le sabe andar al amanecer entre la solana de quejigos y la umbría de hayas, viendo sucederse a la vera del regato los huertos, los prados, las choperas y las frondas de avellanos!

En una hora y cuarto, el excursionista enhebra la aldea de Turza -largos años abandonada y hogaño recuperada con amor y piedra por los hijos de los que se fueron- y, en 20 minutos más, gana el collado de Larrizabala, desde donde otea hacia el sur el meollo de esta sierra coronada por el pico de San Lorenzo (2.270 metros). Salvo dos breves repechos, lo que resta es un plácido descenso hacia el pueblo de Pazuengos y el lugar de El Río, ya en la carreterilla que baja con el río Cárdenas en pos de San Millán de la Cogolla, adonde el caminante llega transcurridas cinco horas de marcha.

Es fama que el monasterio de Yuso (o de abajo) se fundó en 1067 en el preciso lugar donde los bueyes que acarreaban los restos de san Millán -reclamados desde Nájera por el rey don García- se negaron milagrosamente a dar un paso más. Pero el grueso de esta ingente fábrica es obra de los siglos XVI y XVII, y a pesar de sus muchas riquezas -entre ellas, las célebres Glosas-, El Escorial de La Rioja deja de piedra (es decir, frío) al excursionista.

Más de su gusto es el pequeño monasterio de Suso (o de arriba): el arco mozárabe de la iglesuela y sus dos capiteles de alabastro, los más bellos del arte visigodo español; las siete tumbas de los siete infantes de Lara y la de su tutor Nuño Salido ("que no os supo guardar"), y el empedrado portaleyo donde Berceo escribió sus poesías "en roman paladino / en cual suele el pueblo fablar a su vecino". No quería el Parnaso ni el Olimpo: sólo "un vaso de bon vino".

Todo sobre Ezcaray

- Cómo ir. Ezcaray (La Rioja) dista 300 kilómetros de Madrid yendo por la A-1 hasta Burgos, por la N-120 hasta Santo Domingo de la Calzada y por la LR-111. El regreso desde San Millán a Ezcaray, al final de la marcha, se puede hacer en autobuses de línea (Tel. 941 23 59 83) o alquilando un microbús (Tel. 941 24 35 72).

- Datos de la ruta. Longitud: 17 kilómetros. Duración: 5 horas (sólo ida). Dificultad: media-alta. Desnivel: 570 metros. Camino: sendero GR-93, bien señalizado con marcas de pintura blanca y roja. Cartografía: hoja 21-11 del Servicio Geográfico del Ejército.

- Otras excursiones. Desde Ezcaray: vía verde del río Oja y sendero GR-93-1 hasta el monasterio de Valvanera. Desde Valgañón: paseo del Acebal. Desde Valdezcaray: ascensión al San Lorenzo.

- Comer. La Bodega (941 42 74 80): cazuela de pescado, delicias de lechal y solomillo al vino; precio medio, 20 euros. El Rincón del Vino (Tel. 941 35 43 75): espárragos rellenos de marisco y presa ibérica asada con foie; 20-25 euros. Echaurren (Tel. 941 35 40 47): la mejor cocina tradicional; 30 euros. El Portal (Tel. 941 35 40 47): tartar de tomate con gambón y ajoblanco, merluza confitada a 45 grados y tosta templada de queso de Cameros; 55 euros.

- Dormir. Echaurren (Tel. 941 35 40 47): hotel familiar emplazado en una antigua casa de postas sobre el restaurante homónimo; doble, 75 euros. Palacio Azcárate (Tel. 941 42 72 82): 19 habitaciones de aire señorial, en una casona de 1750; 93 euros. Ubaga (Tel. 941 42 74 88): apartamentos junto a la plaza mayor de Ezcaray; 39-68 euros. Alojamientos rurales, en www.turismorioja.com.

- Actividades. Red Rioja (Tel. 941 50 90 10): rutas de senderismo y bici de montaña, con guías, alojamientos y vehículos de apoyo.

- Más información. Oficina de Turismo de Ezcaray (Sagastia, 1; Tel. 941 35 46 79). En Internet: www.ayuntamiento-ezcaray.org.

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