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EE UU bombardea Nayaf ante la negativa de Al Sáder a rendirse

El Gobierno iraquí hace un "último llamamiento" a los rebeldes para que abandonen la ciudad

"Múqtada al Sáder afronta sus horas finales". El Ejecutivo iraquí mostró ayer su vertiente más agresiva, y aunque ha reiterado durante días las amenazas, el primer ministro dio ayer solemnidad a las advertencias en una comparecencia televisada por todas las emisoras. Ayad Alaui aseguró que el líder chií está ante su última oportunidad para "abandonar el santuario" de Alí en Nayaf y "desarmar a su milicia". De lo contrario, las fuerzas de seguridad y los marines limpiarán el mausoleo de rebeldes. El líder de los insurrectos rechazó claudicar.

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"Éste es el último llamamiento para que se desarmen, abandonen el santuario y se sumen al proceso político y consideren el interés del país", advirtió Alaui en conferencia de prensa por la tarde en Bagdad. El jefe del Ejecutivo interino se mostró dispuesto a "garantizar la seguridad de Al Sáder y de sus partidarios" si se rinden, ya que, subrayó, "no habrá negociaciones". "Hemos afrontado el problema de Nayaf con paciencia y sensatez, y al mismo tiempo hemos adoptado las medidas de seguridad y políticas para restablecer la calma en el país". Como había anunciado horas antes Kasim Daud, su ministro de Estado, también exigió el compromiso por escrito del líder de la insurrección.

Pocas horas después de clausurada la Conferencia Nacional, que designó a un Parlamento transitorio hasta las elecciones previstas para enero de 2005, comenzaron las primeros tiroteos en Nayaf y conforme avanzaba el día, la violencia se volvió imparable. Por la mañana siete policías iraquíes habían fallecido al ser atacada con granadas una comisaría alejada del corazón de la ciudad santa.

La enésima amenaza del Gobierno al jefe del Ejército del Mahdi parecía esta vez más veraz. Kasim Daud aseguraba en Nayaf tras reunirse con el gobernador de la ciudad, Adnan al Zorfi: "Múqtada al Sáder afronta sus horas finales. Hemos agotado los medios para persuadirle, y ahora el Gobierno está decidido a imponer la solución militar". "Múqtada", añadió, "debe anunciar en persona y públicamente que accede a retirarse junto a sus milicianos de las mezquitas de Alí, Kufa y Al Shala, y a entregar todas las armas pesadas y ligeras". "Si desobedece se enfrenta a una operación militar que tiene como objetivo limpiar la mezquita de milicianos. Esto va a ser una lección para todos los que luchan contra el Gobierno, no sólo en Nayaf".

Fuerzas de ocupación

Pese a este llamamiento del Ejecutivo y otros de algunos líderes religiosos, incluido un tío de Al Sáder, los insurgentes chiíes no dieron su brazo a torcer. "Está claro que rechazamos esas exigencias", dijo Ahmed al Shibani, portavoz del joven líder de la revuelta, en el interior del mausoleo de Alí. Abdelhadi Darrayi, también portavoz del Ejército del Mahdi, apostilló: "Si los soldados norteamericanos atacan los santos lugares provocarán una rebelión contra la ocupación en todo el mundo árabe y musulmán. Al Sáder está en Nayaf para proteger los santos lugares contra la cruzada de las fuerzas de ocupación".

Poco después del rechazo a la rendición, y antes de que Alaui insistiera en lo declarado por su ministro, los combates se desataron con fiereza en Nayaf. Aviones norteamericanos AC-130 y helicópteros artillados bombardearon a los insurrectos en los alrededores del santuario. Espesas columnas de humo se elevaban sobre el cielo de la ciudad santa mientras los militares de EE UU avanzaban hasta sólo 200 metros del mausoleo de Alí, según testigos citados por Efe. A las 23.00, las 21.00, hora de Madrid, se reanudaron los bombardeos. Poco después Al Sáder ordenó evacuar los santos lugares de Nayaf y entregárselos a la autoridad religiosa chií, según France Presse.

En Bagdad, tropas de EE UU, apoyadas por carros de combate, se adentraron en la inmensa barriada de Ciudad Sáder para exigir por megafonía la rendición de los rebeldes: "Residentes de Ciudad Sáder, vuestro Gobierno ha prohibido todas las milicias. Entregad vuestras armas". Al menos siete milicianos murieron ayer en este bastión de seguidores del clérigo chií. Y a las 14.25 horas, un proyectil impactó en el que fue palacio presidencial de Sadam Husein, en la zona verde, actual Embajada de EE UU. Dos personas resultaron heridas, informó un portavoz diplomático. Anoche, aviones estadounidenses bombardearon también la ciudad suní de Faluya, mientras que en el sur del país, milicianos chiíes atacaron la sede de la Compañía Petrolera del Sur en la ciudad de Basora, y saquearon e incendiaron sus almacenes, según varios testigos.

Partidarios de Múqtada al Sáder coreaban consignas dentro del mausoleo de Alí ayer en Nayaf.
Partidarios de Múqtada al Sáder coreaban consignas dentro del mausoleo de Alí ayer en Nayaf.REUTERS

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