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Camps reclama la paternidad de la Ciudad de la Luz y obvia las críticas al nuevo director

Ripoll cuestiona el trámite de la compra de la participación de Producciones Aguamarga

Los ecos del choque que el cambio en la dirección de la Ciudad de la Luz ha provocado en el PP valenciano crecen en intensidad. Francisco Camps, presidente de la Generalitat y del partido, reclamó ayer en Alicante la paternidad del proyecto que impulsó cuando era consejero de Eduardo Zaplana y obvió las críticas de los zaplanistas al nuevo director. José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante y secretario general del partido, sin embargo, sembró dudas sobre la operación de compra de la participación de Producciones Aguamarga en la empresa promotora de los estudios de cine.

El presidente de la Generalitat, que carece de agenda oficial puesto que disfruta de vacaciones, acudió a un acto convocado por la Consejería de Infraestructuras en la ciudad de Alicante. Interpelado sobre las críticas de su secretario general hacia las formas esgrimidas por la Generalitat al anunciar la compra de la participación minoritaria que Producciones Aguamarga tenía en la Ciudad de la Luz, una operación que derivó en una amplia reestructuración del consejo de la empresa y el nombramiento de un nuevo director, Camps escenificó un discurso ensayado. El presidente recordó que en abril de 1998, cuando se inauguró el Hemisfèric en la Ciudad de las Artes de Valencia, Luis García Berlanga, "un monstruo", le sugirió, en el patio gótico del Palau, las posibilidades de la Comunidad Valenciana para albergar unos estudios de cine al estilo de la histórica Cinecittà en Roma.

"El sueño" que el entonces responsable de Cultura del Consell que presidía Eduardo Zaplana compartió con el director de cine "está a punto de ser una realidad", sentenció Camps para despejar cualquier duda en torno a su implicación personal en el proyecto. El presidente destacó, además, que "el complejo audiovisual es, entre todos los llamados grandes proyectos, el que más inversión ha interesado la Generalitat este año", un total de 120 millones de euros.

Respecto a las críticas vertidas por Ripoll sobre la escasa vinculación del nuevo director, que sustituye a Berlanga, con el mundo del cine o la ciudad de Alicante, Camps dijo: "Hay cosas importantes, poco importantes o nada importantes". Y se amparó en el interés de la ciudadanía para fijar el baremo: "Lo que importa a nuestros conciudadanos es que pronto vamos a poder ver las primeras producciones. Y lo que importa a nuestros conciudadanos es lo que me importa a mí".

Ripoll, por su parte, puso en duda la capacidad de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV), de capital exclusivamente público, para comprar la participación minoritaria de Producciones Aguamarga en la Ciudad de la Luz sin una autorización previa del Consell. Según el presidente de la Diputación de Alicante y consejero en ambas sociedades, cuando el pasado martes pidió aclaraciones al respecto en la reunión del consejo de Ciudad de la Luz que precipitó los cambios en la dirección de la empresa, le emplazaron a plantear la cuestión en el próximo consejo de la SPTCV.

Ripoll aseguró que si hubiera un resquicio legal para frenar la operación de compra, recurrirá a los tribunales. Y una alta fuente de la Generalitat le dio la réplica: "No tiene sentido hacer tanto ruido cuando hay cosas que son inevitables".

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Los discursos públicos divergentes de los máximos responsables del PP valenciano revelan, a juicio de la oposición parlamentaria en las Cortes Valencianas, un claro desprecio hacia las instituciones y sociedades públicas, convertidas en campo de batalla para dirimir diferencias internas de partido. Pero diputados como el socialista José Camarasa advierten un efecto colateral, una quiebra de la opacidad en la gestión de sociedades públicas como la Ciudad de la Luz.

Camarasa solicitó ayer al responsable de Hacienda, Gerardo Camps, todos los detalles sobre el coste de la compra de la participación minoritaria de Producciones Aguamarga en la Ciudad de la Luz. Pero anticipó que es muy probable que el consejero de Hacienda nunca aclare la operación. Como antecedentes, Camarasa recordó algunos comentarios del informe de la Sindicatura de Comptes sobre la relación de la Ciudad de la Luz con Producciones Aguamarga, una empresa en la que participa Berlanga; otros profesionales vinculados al mundo audiovisual en diversas vertientes, desde la producción a la exhibición, y un constructor.

El informe del Síndic del año 2001 apunta que Producciones Aguamarga disfruta de un contrato genérico de asesoramiento y supervisión del proyecto de Ciudad de la Luz que se adjudicó por cuatro años y un montante anual de 120.000 euros sin la debida publicidad y sin atender otras ofertas. Y explica que el mismo contrato incluye el "asesoramiento adicional de dos profesionales independientes que, a su vez, son consejeros" de Producciones Aguamarga, y cuyos servicios sumaron una factura que superó los 180.000 euros.

El Síndic añade: "La efectiva prestación de dichos servicios no se ha podido verificar, dado que en el contrato no viene establecida la forma de acreditación de los mismos". Y sigue: "Respecto a gastos de asesoramiento y consultoría, por un importe total de 1,4 millones de euros, cabe señalar que la sociedad no dispone de registros auxiliares que permitan verificar la naturaleza de los servicios prestados".

En palabras de Camarasa: "Producciones Aguamarga cobraba 200 millones de pesetas por su disponibilidad, por descolgar el teléfono, y pasaba factura con cada informe".

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