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Jornada de protesta pacífica en las calles de Gràcia

Dos manifestaciones en Gràcia. El barrio barcelonés vivió ayer una jornada de protesta seguida por varios centenares de jóvenes. El primer acto reivindicativo se celebró a las seis de la tarde frente a la sede del distrito, en la plaza de Rius i Taulet, para reclamar la retirada del dispositivo especial de la policía desplegado durante la fiesta mayor de Gràcia. La marcha contestataria fue convocada por la Coordinadora Popular de Fiestas, la Asamblea de Fiestas Alternativas y otras asociaciones similares, todas ellas próximas al colectivo okupa de Gràcia. Los manifestantes se concentraron bajo el lema: "Ni fascistas, ni provocaciones policiales. Queremos fiestas populares".

Los okupas repartieron octavillas en las que exigían al distrito que abandone "su actitud hostil" retirando el conjunto de las fuerzas policiales del barrio "para que el conflicto no se agrave". A su juicio, "la desmesurada presencia policial" rompe la normalidad de los festejos. Un portavoz de los convocantes de la manifestación declaró: "La policía reprime a la gente con cargas y con el estado de sitio que reina en el barrio pasadas las tres de la madrugada".

El alcalde accidental de Barcelona, Ferran Mascarell, declaró el pasado martes que el dispositivo de seguridad era prácticamente el mismo desde el inicio de la fiesta mayor y que se componía de 76 guardias urbanos, 6 mossos y un número indeterminado de agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Tras el primer acto reivindicativo, los asistentes acudieron a una segunda manifestación -convocada en la plaza de la Revolució por la Coordinadora Antirepresiva de Gràcia- para pedir la absolución de los tres jóvenes del barrio detenidos en las movilizaciones contra la Cumbre Europea de Barcelona de hace dos años. Esta vez, la marcha de protesta fue seguida por medio millar de jóvenes y transcurrió sin ningún altercado. Los manifestantes hicieron una parada frente a la sede del distrito para colgar una pancarta en su balcón. Un joven enmascarado se encaramó hasta allí gracias a una escalera que trasportaban los organizadores. Los asistentes se volvieron a detener frente a la salida del metro de la parada de Fontana, en el lugar en el que fue agredido el pasado domingo un joven por un radical de ultraderecha. Allí, dos de ellos se subieron al tejado de la estación de metro y desplegaron una pancarta en la que se acusaba a la policía de "practicar torturas". La víctima de la agresión fue recordada en varias ocasiones con distintas proclamas: "!Nazis no!" fue la más repetida.

Entre los manifestantes se encontraba un grupo de skins de izquierdas. Su portavoz explicó que son seguidores de un movimiento obrero anticapitalista surgido hace décadas en Estados Unidos del que los neofascistas copiaron el look de cabezas rapadas y botas. "Desde entonces no podemos salir a la calle sin que nos insulten. Los auténticos skins no son fachas", se quejó.

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