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Reportaje:Atenas 2004 | NATACIÓN

Se hunde el 'Titanic'

Humillación de los estadounidenses al no tener siquiera un semifinalista en su carrera más querida, los 100 metros libres

Santiago Segurola

Estados Unidos vivió un momento humillante por inesperado. Como el Titanic, se hundió en su prueba más querida, los 100 metros libres, la distancia que representa el ideal norteamericano: rápida, directa, sin concesiones. Dos días después de caer aplastados por los fogosos velocistas surafricanos en la final de relevos 4x100, ninguno de los nadadores estadounidenses se clasificó para las semifinales de los 100. La noticia tiene el rango de una bomba. Nunca los norteamericanos habían faltado a una final y rara vez no han logrado alcanzar uno de los tres primeros puestos. Pues en esta ocasión no lograron estar entre los 16 mejores. El mazazo es de tal calibre que siempre se asociará a Ian Crocker y Jason Lezak, los dos representantes del equipo en una prueba que se cobró otra víctima ilustre en la semifinal. Alexander Popov, el genio de las distancias cortas, no nadará hoy la final. Campeón olímpico en Barcelona 92 y Atlanta 96, campeón del mundo hace tan solo un año en Barcelona, el ruso pareció por fin lento, como si la edad le pasara una factura tanto tiempo demorada.

El mazazo es de tal calibre que marcará para siempre a Ian Crocker y Jason Lezak

Era menos previsible el tortazo norteamericano que la caída de Popov. Al fin y al cabo, éste tiene 32 años. Siempre será una de las grandes referencias en las pruebas de velocidad. Quizá fue él quien definitivamente bajó a los estadounidenses del pedestal. Ningún norteamericano ha ganado los 100 metros libres desde los Juegos de Barcelona, donde Popov se impuso a Matt Biondi. Luego batió a Gary Hall en Atlanta. Le sucedió el holandés Pieter van den Hoogenband con su victoria en Sidney 2000. Durante los últimos doce años, Estados Unidos no ha sido capaz de producir un verdadero campeón en los 100. No, al menos, uno consistente, capaz de ganar a Popov y Van den Hoogenband. El declive se consumó ayer en las series matinales ante la estupefacción general.

No hace un mes, Lezak logró la segunda mejor marca mundial de todos los tiempos: 48,17 segundos. Por fin aparecía un campeón en el horizonte. Pero la historia de Lezak es la de sus múltiples fracasos en las grandes competiciones. Con 27 años, no es un chiquillo precisamente. Nunca ha logrado confirmar las expectativas en unos Campeonatos del Mundo o en los Juegos. Su registro en las series resultó cómico: 49,87 segundos. Una veintena de nadadores lograron mejores tiempos. Crocker continúo con su pesadilla en la piscina. Después de conducir al fracaso a Estados Unidos en la final del relevo de 4x100, Crocker no recuperó nada de su prestigio en las series eliminatorias de los 100. Su tiempo, 47,73 segundos, le impidió clasificarse para la final.

Los problemas no sólo proceden del descenso del nivel de los estadounidenses en la prueba. También han sido víctimas de la guerra que se desató antes de la carrera de relevos con la polémica en torno a la presencia de Michael Phelps en el equipo y la ausencia de Hall, cuyos continuos comentarios debilitaron la cohesión del grupo.

La derrota frente a Suráfrica y el modo como se produjo ha tenido efectos devastadores sobre Lezak y Crocker, señalados como nadadores de segundo orden por los norteamericanos. En esas condiciones de desmoralización era imposible una buena respuesta en los 100 metros. Pero hay un abismo entre una respuesta discreta y un desplome irremediable. Las heridas tendrán consecuencias sobre el grupo de entrenadores que dirigen al equipo. Un fracaso de esta magnitud no se perdona en el país que se considera bandera de la natación mundial.

Ajenos a las contingencias de los estadounidenses, el surafricano Roland Schoeman y el holandés Van den Hoogenband anuncian un duelo fascinante en la final. Schoeman pagó por la mañana las emociones de la victoria en el relevo de 4x100. Se clasificó a duras penas para las semifinales. Por la tarde fue otra cosa. De nuevo apareció el nadador irresistible que amenaza la supremacía de Van den Hoogenband. Logró la mejor marca (48,39 segundos) y avisó al holandés: no lo tendrá fácil para repetir el triunfo de Sidney.

Ian Crocker, consternado tras ser eliminado en las primeras series.
Ian Crocker, consternado tras ser eliminado en las primeras series.EFE

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