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Pie de foto / EL PAÍS, 16 de marzo de 2004 | ESTILO
Columna
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Cóctel de ansiolíticos

Juan José Millás

Dicen que cuando Aznar llegó a la sede del PP la noche del 14 de marzo, Rajoy le espetó a la vista de los resultados electorales: "Tú y tu guerra". También es cierto que tras ese primer arrebato le pidió disculpas y se dieron un abrazo. Minutos después, aparecieron ambos de esta guisa en una ventana del edificio de la calle de Génova. No hay un solo detalle carente de significado en esta fotografía cruel. Empecemos por el rostro de Rajoy, que esboza una mueca dolorosa mientras sostiene la mano de Aznar con el entusiasmo del que enarbola un pez podrido. Observen la acumulación de lenguaje no verbal que se aprecia en su frente, la elocuencia muda con la que grita al respetable: "He aquí al causante del desastre; he aquí al hombre que reconstruyó el árbol genealógico de la patria para colocarse al lado de Carlos V; he aquí al político del cuaderno azul con su camisita y su canesú".

En cuanto a Aznar, al que de repente se le había quedado grande todo lo que la semana anterior le venía pequeño, desde la historia de España a la chaqueta, está a punto de desfallecer. Quizá le han dado un cóctel de ansiolíticos, pues parece improbable esa mansedumbre facial en la misma persona que apenas hace cuatro días llamaba insolvente a todo aquel que no le daba la razón; en la misma persona que tomaba decisiones heroicas (heroicas para los demás, como se demostró el 11-M) sin consultar con nadie; en la misma persona que provocaba las adhesiones unánimes típicas de los emperadores bajitos entre los suyos. ¿Adónde se dirige su mirada? A ningún sitio, porque permanece ensimismado desde que comenzó a intuir el hundimiento. "La jodiste", le dice el Felipe II que lleva dentro. Quizá, aunque no tiene ni la cuarta parte de las lecturas que le han atribuido los hagiógrafos alimentados a base de cargos culturales y premios literarios, parafrasee a aquel personaje de Vargas Llosa que se preguntaba cuándo se jodió Perú. ¿Cuándo empezaste a joderla, Jose? ¿Cuando el Prestige? ¿Cuando la boda de la niña? ¿Cuando la foto de las Azores? ¿Cuando el Yak-42? Tampoco sería raro que en estos momentos de agonía recordara aquellos días de gloria en los que confesaba a la prensa, con un orgullo inexplicable, que él se había hecho en el desprecio de los otros y que estaba encantado con la hechura.

Una foto para la historia, incluso para la historieta. Es una pena que la mano flácida que Rajoy intenta levantar con tanto esfuerzo, y quizá con tanto asco, no sea la derecha, donde Aznar solía llevar toda clase de cordoncitos de la suerte. Y decimos que es una pena no sólo por la nota de color, sino por la carga didáctica que estas pulseritas habrían aportado a la noticia. Y es que cuando el poder rebasa los límites del sentido común, el poderoso se entrega indefectiblemente a la magia. Ya no estás ahí porque te hayan votado; estás ahí por designio divino, porque la providencia te ha señalado para llevar a cabo una misión, aunque sea en contra de los que te eligieron. Quizá cuando Aznar se dejó atar una de esas pulseritas mágicas en la muñeca fue cuando empezó a joderla. Las fechas coinciden.

LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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