'Pesadilla team'
EE UU pierde por vez primera un partido con sus jugadores profesionales mientras España, con un Gasol formidable, arrolla a la China de Yao Ming
El momento tenía que producirse antes que después: la última versión del dream team estadounidense fue derrotado por Puerto Rico, si que es el resultado se puede catalogar derrota. Fue algo más. Un sopapo al orgullo del baloncesto de Estados Unidos, de la NBA, de las jóvenes estrellas que hacen muy poco por suceder a Michael Jordan, Larry Bird y Magic Johnson, los jefes del dream team original, el que asombró en Barcelona. Desde entonces, el mundo ha recortado rápidamente la distancia con los norteamericanos. Había noticias de dificultades -aquella inolvidable final olímpica de Sydney frente a Lituania-, de derrotas en los Mundiales de Indianápolis, pero estos son los Juegos Olímpicos. Este era el pabellón que la NBA tenía que defender ante la insolencia de yugoslavos, rusos, españoles, argentinos, lituanos. Nunca un equipo integrado por jugadores de la NBA había perdido un encuentro en los Juegos Olímpicos. ¿Perder? Fue una paliza: 92-73. Puerto Rico, que siempre ha puesto en aprietos a los equipos de baloncesto estadounidenses, protagonizó el momento cumbre de su historia en los Juegos Olímpicos. Fue el día de Carlos Arroyo y el incombustible Piculín Ortiz. Uno es un base que ha trabajado duro para ganarse la vida en la NBA. Finalmente se ha establecido en los Jazz de Utah, donde demuestra en cada partido su habilidad para anotar puntos y dirigir al equipo con garantías. El otro, Piculín, es un veterano de mil batallas, algunas de ellas libradas en la Liga española. Frente a ellos nada pudieron hacer Tim Duncan, Allen Iverson y los jóvenes LeBron James y Carmelo Anthony, que llegan con la etiqueta de herederos de Jordan. Será imposible. Esta derrota lastrará para siempre su carrera. Serán aquellos que dejaron por los suelos el honor del baloncesto estadounidense, de la sagrada NBA. Es cierto que sólo dos de los jugadores convocados originalmente -Iverson y Duncan- integran el equipo en los Juegos de Atenas, pero el momento tenía que llegar. Se veía con claridad. Fue ayer. Un día para la historia del baloncesto. España no falló. Dirigida por Gasol, autor de 21 puntos, aplastó a China (83-58). El equipo mantiene el perfecto equilibrio que le caracterizó en los torneos previos a los Juegos Olímpicos. Por ahora, España está en estado de gracia. En el baloncesto, por lo menos. Y en el waterpolo, tras su victoria frente a la prestigiosa Italia. En lo demás, se viven dificultades. Segunda jornada olímpica, segunda jornada sin medallas.
Michael Phelps ha perdido su desafío. No ganará ocho medallas de oro, y es casi imposible que logre siete. Fracasó con el equipo de relevos 4x100 metros libre. Sudáfrica arrolló en la final y batió el récord mundial. Estados Unidos se quedó a más de un segundo de distancia, tercera en el cajón, con el orgullo muy tocado en un día nefasto para su deporte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.