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Reportaje:ANDALUCES OLÍMPICOS | Verano 2004

Maratoniana por casualidad

Dolores Pulido, una novata en la especialidad, se cuela en el último momento en Atenas

Ginés Donaire

Hace apenas unos meses el sueño olímpico de Atenas era casi pura ficción para Dolores Pulido. La atleta, criada en Mancha Real y afincada en Granada desde hace varios años, se había marcado el objetivo de acabar dignamente la temporada en los 10.000 metros, la especialidad que, junto con el campo a través, ha sido en la que más ha destacado.

Sin embargo, el pasado marzo el destino le hizo un guiño, pero con final feliz. Corrió por casualidad la media maratón de Azkoitia-Azpeitia, donde consiguió un excepcional registro: la mejor marca española del año y la segunda de la historia, con 1h 10m 27s, a tan solo 28 segundos de la plusmarca española en poder de Rocío Ríos. Fue en ese momento cuando su entrenador, Antonio Molina -hermano del excelente fondista Enrique Molina-, la convenció para que intentase la mínima olímpica para la maratón femenina.

Con apenas tres semanas de preparación, Dolores Pulido se la jugó a una carta el pasado 25 de abril, en la que fue su primera experiencia maratoniana en el Maratón de Padua (Italia). Y el resultado no pudo ser más exitoso. Alcanzó la mínima exigida por la Federación Española de Atletismo para poder estar en Atenas, de 2h 37m. De esta manera se unió a Beatriz Ros y María Abel, que ya la habían obtenido. Las tres serán las representantes españolas en la maratón femenina de los Juegos Olímpicos de Atenas que se disputará el día 22 a las seis de la tarde.

Dolores Pulido ha llegado a la cita olímpica, el principal sueño para cualquier atleta, de una forma poco habitual. "Para mí era un sueño imposible estar en Atenas", reconoce la atleta, que todavía se resiste a hacer realidad su sueño. "Hasta que no esté allí no me lo voy a creer", sostiene.

Aunque nacida en Mahón (Mallorca) en 1974, Dolores Pulido está vinculada desde muy pequeña a la localidad jiennense de Mancha Real, de donde es su familia. Tiene una hermana gemela, Teresa, que también es atleta y, paradojas de la vida, lleva mucho más tiempo que ella practicando la maratón. Teresa puede presumir de haber sido tercera en la maratón de Rótterdam, con 2h 31m 56s y de acabar en el puesto 31 en el Mundial de París del año pasado.

"Mi hermana y yo tenemos un pique sano en el plano deportivo", dice Dolores, a quien le hubiera gustado haber visto también a Teresa en Atenas. Dolores empezó a correr con apenas 14 años. Desde hace años, cuando marchó a Granada a estudiar Magisterio, vive en la La Zubia y forma parte del club Fila Team.

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Se levanta a las ocho de la mañana, desayuna y poco después inicia la sesión de entrenamiento, que completa con una hora de estiramientos. "Se requiere mucho sacrificio y una exigencia del 100%", explica. Aunque admite que es una novata en la maratón, asegura que en ilusión no la gana nadie.

Su objetivo en Atenas es mejorar su marca personal y alcanzar un buen puesto. Es consciente de que su nombre no está entre las favoritas, pero también cree que se trata de una carrera donde las sorpresas se dan con más frecuencia que en otras disciplinas. Con independencia del resultado, tiene claro que ya es un premio estar en Atenas: "Es lo máximo a lo que aspira cualquier deportista".

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