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Entrevista:JOSU ERKOREKA | Portavoz del PNV en el Congreso

"El pacto antiterrorista urgente es contra ETA, no contra Al Qaeda"

El portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka (Bermeo, 1960), cree que lo urgente en materia antiterrorista no es otro pacto contra el terrorismo internacional, sino un diagnóstico común y no excluyente sobre el etarra.

Pregunta. ¿Cómo se debería cerrar la comisión del 11-M?

Respuesta. Con unas conclusiones que delimiten las responsabilidades del Gobierno del 11 al 14 de marzo. Y deberían coincidir con la convicción que tienen todos los ciudadanos de que hubo una manipulación y una instrumentalización de la información por el Ejecutivo.

P. ¿Qué le parece la propuesta del PSOE de dar carpetazo a la comisión con un pacto contra el terrorismo internacional?

R. Sería un cierre fraudulento, pues se incumpliría el mandato parlamentario para el que se creó la comisión. Justo en el caso del terrorismo islamista de Al Qaeda no creemos que sea imprescindible un pacto de ese tipo. Es mucho más importante un diagnóstico común del terrorismo interno. Ahí sí es imprescindible un acuerdo entre todos los partidos, una estrategia consensuada contra ETA.

"Deberíamos apurar las posibilidades para no llegar a un choque de legitimidades"
"El 11-M ha puesto de manifiesto que el Pacto Antiterrorista no lo cumplen ni PSOE ni PP"

P. Zapatero ya ha dicho que mantendrá el actual pacto...

R. Las estrategias antiterroristas son más eficaces y legítimas cuanto mayor número de fuerzas las respaldan. Y esto es más claro en el caso de ETA que en el del terrorismo internacional, donde no hay ni una diferencia entre los partidos, porque no hay interferencias de carácter político. En el caso de ETA ha sido todo lo contrario; el pacto ha sido un pretexto para entrar en la lucha política partidista, para combatir ideologías como la nacionalista. Es en el caso del terrorismo interno donde las políticas antiterroristas deben demostrar que combaten a organizaciones que utilizan la violencia.

P. ¿Hasta qué punto van a ligar su postura ante el nuevo pacto con la pervivencia del actual?

R. No negamos la irrupción importantísima del terrorismo islamista, pero el acuerdo urgente es el otro. Para integrarnos en el existente, el preámbulo acordado entre PP y PSOE debe desaparecer y sería imprescindible también readaptar su articulado a los retos del terrorismo internacional. De hecho, el 11-M ha puesto de manifiesto que la cláusula primera del Pacto Antiterrorista no la han cumplido ni socialistas ni populares. En la comisión ambos partidos han usado el terrorismo como arma de lucha partidista y electoralista. ¿Qué sentido tiene mantener entonces a ultranza ese pacto? Seríamos partidarios de un acuerdo único que fijara diagnósticos comunes y estrategias compartidas contra ambos terrorismos. Y escrupulosamente respetuoso con la libertad ideológica, política y religiosa.

P. ¿Tiene el PNV una baza en el Senado para sacar adelante sus reivindicaciones pendientes?

R. Nosotros cumplimos el acuerdo sobre la estabilidad presupuestaria: nos abstuvimos en el Congreso y votamos a favor en el Senado. Son ellos los que no han cumplido su parte: el descuento del Cupo, la ampliación de la Ertzaintza,... Para activar esa palanca de poder, en el futuro tendremos que exigir mayores garantías.

P. ¿Hasta dónde van a ser flexibles con el Gobierno?

R. Flexibilidad poca, pues ya hay un incumplimiento flagrante. Y cheques en blanco, ninguno. Si no cumplen, haremos efectivos los poderes que tenemos en el Senado, pero tampoco bloquearemos las cosas por capricho.

P. La tramitación del plan Ibarretxe en Euskadi y luego en el Congreso no se prevé pacífica.

R. Todos deberíamos apurar las posibilidades para no llegar a un choque de legitimidades democráticas: la del Parlamento vasco y la del Congreso. No sería bueno para buscar puntos de encuentro. En el Parlamento vasco hemos invitado a los demás a que formulen sus objeciones al plan.

P. Un acuerdo exige pactar con alguien. ¿Con el PSE o con SA?

R. No sé si Ibarretxe aceptará o no los votos de SA, legítimamente elegidos.

P. Pero proceden de donde proceden, de una formación ilegalizada como Batasuna.

R. ¿Los votos de SA son menos legítimos que los que han aupado a Patxi López al Parlamento?

P. El que puso la frontera fue el propio lehendakari.

R. Una cosa es pactar algo y otra que te voten la iniciativa que plantea el Gobierno para modificar el Estatuto de Gernika. Que no ha habido pactos está claro, pero no puedes evitar que te voten.

P. Pero son los gobiernos los que tienen que buscar mayorías o ampliar las que tienen.

R. Efectivamente. Pero la coincidencia de voto sólo es eso.

P. ¿Con qué mayoría estaría usted más cómodo para defender esa reforma en el Congreso?

R. El ideal sería un 100% de apoyo. Yo no puedo estar discriminando las mayorías resultantes del Parlamento vasco. Defenderé con ardor todo lo que esté aprobado mayoritariamente en la Cámara vasca y su legitimidad será la mayoría lograda.

P. ¿Pero con quién?

R. La normalización hay que consensuarla con todos, y para eso Imaz se ha reunido con todas las fuerzas. El diagnóstico del que partimos es compartido con EA y con EB. Lo haremos con quienes estén dispuestos, si es el PSE, mucho mejor. Para mí sería una maravilla que el PSE estuviera dispuesto a entrar en eso.

P. El debate del plan se solapará con los de presupuestos.

R. No entendemos un acuerdo con un presupuesto estatal que descanse sobre pactos puntuales o sobre una partida para una infraestructura. La base es la normalización política del País Vasco. No habrá apoyo al presupuesto si no hay un acuerdo de fondo sobre nuestras reivindicaciones. Y si encima el PSE nos niega el pan y la sal en los presupuestos vascos, pues no lo entenderíamos. Para ganar en confianza, de momento deberían cumplir los acuerdos ya pactados sobre Ertzaintza y Cupo.

P. ¿Apoyarán el a la Constitución europea en el referéndum?

R. No hemos fijado posición oficial. El texto actual no es el que más nos hubiera gustado, pero el PNV responde a una trayectoria europeísta que sueña con la Europa de los pueblos. Pero a lo que dimos el fue a la Europa de los estados, la que era posible tras la Segunda Guerra Mundial. No se entendería una posición negativa a la Constitución europea, que supone un avance. Ahora se está hablando con Exteriores para sondear la posibilidad de que en las comunidades autónomas con lenguas cooficiales se pueda celebrar un segundo referéndum paralelo para incorporarlas al texto. Esto permitiría modular nuestra posición y legitimaría a Zapatero para negociar esa incorporación en la UE como anexo. Y la segunda pata sería la participación de las comunidades autónomas en las tomas de decisión a nivel europeo, que se nos consulte antes de legislar. Hasta febrero hay tiempo y emplazamos a Zapatero a seguir por ese camino.

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