"Somos el refugio del voto nacionalista moderado"
El secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, coordinará el Consejo Territorial del PSOE que debe acordar las reformas estatutarias y constitucionales en proyecto. Nacido en Portugalete (Vizcaya) hace 44 años, sostiene que el PSE es el partido refugio para el voto nacionalista moderado y augura el fracaso electoral del plan Ibarretxe.
Pregunta. ¿Qué papel va a desempeñar el Consejo Territorial del PSOE en las reformas estatutarias y constitucionales previstas? ¿Y por qué ha sido elegido usted coordinador de ese consejo?
Respuesta. Todavía no he sido elegido. He sido propuesto por José Luis [Rodríguez Zapatero]. Quizás, representamos un punto intermedio entre las posiciones de [Pasqual] Maragall y la de [Juan Carlos] Rodríguez Ibarra. Lo que tenemos que hacer es establecer los puntos comunes que definan la España que queremos los socialistas y que es una España de solidaridad e igualdad dentro del respeto a sus singularidades.
"Nuestra Constitución ya define una España asimétrica. El 'café para todos' no es la solución porque tampoco lo aceptarían los nacionalistas"
"Los aspectos más novedosos de la reforma estatutaria serán la presencia en Europa y la reordenación del modelo judicial"
"Maragall sabe que el Concierto es una de las singularidades del País Vasco. No puede pretender un Concierto como el reconocido para Euskadi "
P. ¿Se puede pensar que la Declaración de Santillana que ustedes aprobaron antes de las elecciones generales va a quedar superada por los futuros acuerdos?
R. No lo sé. Ese documento es un paraguas en el que caben todas las posiciones. Podemos reforzarlo, siempre bajo el criterio básico de que a los socialistas nos importan más los ciudadanos que los territorios. Para nosotros, lo fundamental es que todos los ciudadanos españoles tengamos los mismos derechos y un principio básico de igualdad de oportunidades. Lo de menos es si esos derechos los gestiona el Estado, los Gobiernos autonómicos o los ayuntamientos.
P. ¿Pasqual Maragall no da la impresión de querer traspasar el espacio que cubre ese paraguas?
R. Es un debate de verano alimentado más por las cuestiones terminológicas que por otra cosa. ¿Qué diferencia hay entre nación y nacionalidad? Discutir sobre estos términos en plan dogmático lo único que hace es llevarnos a la confrontación artificial entre comunidades.
P. De todas formas, los términos tampoco son inocuos. ¿Es lo mismo que una comunidad autónoma quede registrada en la Constitución como nación que lo haga bajo otro término?
R. Claro que no, pero la Constitución dice también que España es un Estado plurinacional. ¿Qué es un Estado plurinacional y qué es una nación de naciones? No debemos enredarnos en los términos. Lo que debe importarnos son más las sociedades que dan cuerpo a esas naciones o nacionalidades históricas que las disputas terminológicas más propias de la ideología nacionalista. Por ejemplo, si el término nación es el que aglutina en Euskadi el mayor consenso, yo no tendré ningún reparo en aceptarlo. Las palabras deben servir para unirnos, no para dividirnos.
P. ¿Y qué reforma del Estatuto de autonomía vasco propone usted?
R. El borrador se lo hemos encargado a Emilio Guevara quien, como usted sabe, fue uno de los redactores del Estatuto de Gernika y ahora está fuera del PNV. Pretendemos mejorar el autogobierno y encontrar un mejor acomodo de los vascos en España, pero el problema es que nuestro Estatuto tiene una capacidad competencial tan enorme que es muy difícil avanzar sobre lo ya desarrollado. Los aspectos más novedosos de la reforma estatutaria vasca serán la presencia y participación de Euskadi en Europa y la reordenación del modelo judicial, de forma que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco sea nuestro último referente. En ese modelo, el Tribunal Supremo de España se encargaría de unificar la doctrina jurídica. Se trata de adaptarse a esta España autonómica que es casi una España federal.
P. ¿Las propuestas que vienen de Cataluña están en la línea de un modelo federal ortodoxo que establezca la igualdad de todos los territorios?
R. Nuestra Constitución ya define una España asimétrica con diferencias y singularidades como la del País Vasco y Navarra. El café para todos no es la solución porque, además, tampoco lo aceptarían los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos.
P. ¿Cómo piensan abordar el asunto de la financiación autonómica? Maragall llegó a estar interesado en el Concierto vasco.
R. Bueno, él sabe que el Concierto es una de las singularidades del País Vasco. No sé si intentará lograr algo parecido, pero no puede pretender un Concierto tal y como está reconocido para el País Vasco. Él defiende que cada comunidad aporte según su renta y cobre según su población. Es un principio muy coherente que con alguna corrección, en función de las necesidades sociales, por ejemplo, puede plantearse en casi toda España.
P. ¿En casi toda?
R. Dejo aparte la singularidad vasca y navarra. No vamos a ir para atrás.
P. ¿El Concierto es un privilegio como dijo Maragall?
R. Se desdijo al día siguiente. Si hablamos de privilegio vamos mal porque entonces sí que podría haber confrontaciones. Ningún Gobierno de España, tampoco el del PP, ha cuestionado la figura del Concierto.
P. ¿Se puede revisar el 6,24% (porcentaje que se supone representa el peso de la renta vasca en la renta nacional y que determina el cupo que Euskadi paga al Estado en concepto de competencias como Defensa y Relaciones Internacionales no transferidas)?
R. Eso es diferente. Aunque nosotros no tenemos intención de hacerlo.
P. ¿Hay que incorporar al PNV al acuerdo contra el terrorismo?
R. Hay que incorporarle a la lucha contra el terrorismo. El acuerdo contra el terrorismo es un compromiso firmado por el partido que gobierna y el partido que puede gobernar. Es mejor dejarlo así, aunque para mí el preámbulo ha dejado de estar en vigor, en la medida en que sitúa a los nacionalistas en el pacto de Lizarra. Hay nacionalistas a quienes les gustaría volver a editarlo, pero el pacto como tal no existe.
P. ¿Cómo explica que un partido que lleva casi 25 años en el Gobierno se radicalice y no pierda votos?
R. Porque lo que tenía enfrente, el PP, les daba más miedo a los votantes que el nacionalismo radicalizado. La verdad es que, por otra parte, los socialistas no hemos tenido ningún éxito a la hora de combatir el sentido patrimonialista del nacionalismo. Después de haber configurado la escuela pública vasca y el sistema de Salud [Osakidetza] y de haber traído el Metro a Bilbao, sigue quedando la idea de que nosotros no defendemos las cosas de aquí y que casi, casi, no somos de aquí. Pero todo eso va a cambiar.
P. ¿Por qué?
R. Primero, ya son 25 años y hay una sensación de hartazgo con los dirigentes del PNV y de preocupación por la deriva radical de Ibarretxe. El PNV puede llevarse una sorpresa como se la llevó CiU en Cataluña. Ahora pueden perder el voto moderado porque lo que tienen enfrente no es el ogro del PP, sino una izquierda identificada con el país que quiere hacer planteamientos en positivo. Hay nacionalistas moderados y vasquistas desencantados con el PNV. Si se organizaran, nosotros estaríamos dispuestos a llegar a un acuerdo.
P. ¿Joseba Arregi podría formar parte de un Gobierno con el PSE?
R. No es cuestión de poner nombres, pero estamos dispuestos a abrir el Gobierno a aquellos que quieren evitar la división de los vascos. Aspiramos a ser el paraguas que les refugie.
P. ¿La reforma del Estatuto y los gestos de aproximación que ustedes hacen son una estrategia dirigida a captar el voto moderado nacionalista?
R. No sólo, pero también. El PSE defiende el autogobierno, la singularidad vasca y al ciudadano frente a la obsesión territorial.
P. Usted justifica la reforma estatutaria en la necesidad de establecer un nuevo punto de encuentro con los nacionalistas que ya no quieren el Estatuto. ¿No lo quieren de verdad o que es que, simplemente, han visto una ocasión propicia para avanzar hacia la independencia?
R. Posiblemente han dado el paso del plan Ibarretxe porque ven con preocupación que el Estatuto está cumplido casi al 100% y porque el nacionalismo necesita siempre poner a la sociedad ante un conflicto para seguir existiendo. Pero la sociedad vasca, que es mucho más que el nacionalismo, necesita ahora ese punto de encuentro. En Euskadi, la política del pacto ha sido fundamental. Lizarra rompió ese pacto y el plan Ibarretxe fractura y divide a la sociedad. Nosotros proponemos la reforma del Estatuto, pero no buscamos un estatuto nuevo, sino la reforma de nuestro estatuto, del Estatuto de Gernika. Y no vamos a trapichear nada con el plan Ibarretxe.
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