El PSOE atribuye el 30% del alza del crudo a la "estupidez política" de la guerra de Irak
El grupo socialista asume que el crecimiento será tres décimas menor del previsto
La guerra de Irak es la principal responsable del alza de los precios del petróleo, según todos los analistas. Pero el Grupo Parlamentario Socialista ha realizado un estudio que concluye que un tercio de esa subida (entre un 25% y un 30%) es achacable de manera directa al conflicto en Irak, la mayor "estupidez política" cometida por los Gobiernos de George W. Bush y José María Aznar, sin el cual el precio del barril de brent (el de referencia en Europa) se situaría ahora en el entorno de los 30 dólares en vez del máximo histórico alcanzado el viernes de 43,92 dólares.
Sin guerra, la "boyante economía española", en palabras del diputado socialista Diego López Garrido, no vería frenado su crecimiento (tres décimas menos del 2,8% previsto) ni aumentaría la inflación, como se prevé, en "una o dos décimas" al menos si no se contienen significativamente los precios del crudo antes de fin de año. Es decir, "nos empobreceremos un poco porque habrá que dedicar parte de los recursos a importar el mismo petróleo", afirmó ayer López Garrido en rueda de prensa junto al portavoz socialista de Presupuestos, Francisco Fernández Marugán.
Tras las fuertes subidas registradas tras la primera guerra del Golfo y en 2000 "se ha visto que el resultado siempre es el mismo: las economías europeas dejan de crecer y tardan en recuperarse", remachó López Garrido.
El análisis realizado por el grupo socialista desmenuza la situación de la oferta y la demanda de hidrocarburo y las circunstancias que influyen en ellas, y que obviamente no se limitan a la situación en Irak (que incrementa la demanda de quienes quieren aumentar sus reservas por la incertidumbre pero cuya producción está por debajo de los niveles anteriores a la guerra) sino que incluyen la situación de posible quiebra de la petrolera rusa Yukos, el referéndum sobre la continuidad del presidente venezolano, Hugo Chávez, o la demanda de las economías emergentes como India o China, entre otros factores. El estudio no desglosa el porcentaje de influencia de cada uno en el alza del precio de los hidrocarburos.
En este escenario, la conclusión política que sacan los socialistas es que la guerra de Irak no es sólo una bofetada al derecho internacional y una inmoralidad por el enorme coste de vidas, sino además "una de las mayores estupideces políticas" cometidas por el presidente de EE UU, George W. Bush, seguida "entusiásticamente" por el Gobierno de José María Aznar.
El apoyo a la guerra por parte del Gobierno del PP respondió así, para el PSOE, "exclusivamente" a las "directrices de Washington, de modo que el Ejecutivo de Aznar se instaló en 2003, antes del comienzo de los bombardeos, en "la hipótesis más optimista" sobre el futuro de los mercados.
La hipótesis más optimista
El vicepresidente económico de entonces, Rodrigo Rato, tenía tres escenarios previstos: si la guerra duraba un mes el barril de brent bajaría a 20 dólares, la inflación no rebasaría el 3% y el crecimiento sería del 3%. Si el conflicto duraba dos meses, el crudo subiría a 40 dólares, el aumento de los precios rondaría el 4% y el crecimiento el 2%. Pero si la guerra se enquistaba, la previsión es que el barril de brent llegase a los 80 dólares, la inflación se descontrolase y el crecimiento sería nulo o incluso se entraría en recesión.
De momento no se ha llegado a esa pesadilla económica, pero, "sin querer ser alarmistas", los socialistas reclaman que el Gobierno proponga medidas en el seno de la Unión Europea para, por un lado contribuir a estabilizar la situación en Irak y reconstruir el país y, por otro, contrarrestar los efectos del alza del petróleo.
El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero debería además, según el PSOE, tomar decisiones que auspicien la competitividad, racionalicen el gasto energético y disminuyan la dependencia del crudo.
El PP contestó a las acusaciones de los socialistas por boca de uno de sus vicesecretarios, Javier Arenas, quien las calificó de "broma pesada y de mal gusto". "Esta crisis se está produciendo no por una causa ni dos, sino por seis o siete motivos", alegó y añadió que Zapatero está "a merced de la coyuntura internacional". "En nuestros años de gobierno también hubo momentos muy complejos, pero fuimos líderes económicos y de creación de empleo", dijo.
Aseguró Arenas que ya empieza a notarse "una crisis de confianza". "Los empresarios ya no confían, los consumidores tampoco, el turismo y la confianza se resienten, porque hay dos inquietudes: sobre la evolución económica y sobre el modelo de Estado", concluyó.
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